COMPAÑEROS DE CAMPSARED



"Podeis decir lo que pensais de vuestros encargados, de los objetivos, de la venta activa, de los cursos, de Sumando valores, seguridad, promotores del cambio, sindicatos, y todo lo que querais. Hubo en tiempos un blog de un compañero en donde mucha gente dejó sus comentarios, hoy no existe y como alternativa nace CAMPSARED BLOG, para reunir a todos los que somos COMPAÑEROS DE CAMPSARED"

Este blog, como indica en la cabecera, originariamente fue creado por un compañero llamado EXPENDEDOR-VENDEDOR el 20 de noviembre de 2008 pero problemas técnicos le impidieron actualizarlo, lo que dio pie a la creación de esta segunda etapa renovada que es la que se abre a continuación.
Como aquel, mantiene la idea de tener una plataforma de comunicación, de reivindicación y sobre todo un medio de expresión para todos los trabajadores de CAMPSARED y de REPSOL, y a la que quedan invitados cualquiera de los trabajadores de EESS sean cuales sean sus marcas.

Bienvenidos todos a este foro de diálogo e información.

Recordar que si visitais esta página por primera vez, para conocer el contenido completo de este blog desde su nacimiento, deberíais comenzar por el antiguo blog pinchando en este enlace:

'www.campsaredsprint.blogspot.com'





19 de octubre de 2014

LAS HAMBURGUESAS DE REPSOL

Estaban previstos 1.500 empleos
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Las Hamburguesas de Burger King no triunfan en las gasolineras de Repsol

Anunciaron la apertura de 150 establecimientos en cinco años y tres después solo han puesto en marcha 15 en toda España
Se desinfla el proyecto de llevar las hamburguesas de Burger King a las gasolineras de Repsol. Al menos, no se materializará con toda la magnitud con la que se diseñó a finales de 2011. Solo se han abierto hasta este momento 15 restaurantes, casi tres años después de anunciar la alianza entre ambas compañías.
Establecimiento de Burger King En Una gasolinera de Repsol.Establecimiento de Burger King En Una gasolinera de Repsol.
El objetivo de Burger King era alcanzar 150 establecimientos en un plazo de cinco años, con una inversión de unos 50 millones de euros. Estas cifras convertían el acuerdo en un hito estratégico.
En aquel momento, en los establecimientos de Repsol ya se comercializaban chocolatinas, sándwiches, refrescos y ambientadores. Incluso, en algunas tiendas ya se podían encontrar algunos productos de la propia marca Burger King.
La cadena de comida rápida estadounidense perseguía que la petrolera española se convirtiera en su mayor franquiciado en la Unión Europea y uno de los más importantes del mundo. Burger King, que ya cuenta con unos 500 establecimientos en España, buscaba también dar un golpe a su gran rival, McDonald’s.

No funcionan las hamburguesas en las gasolineras

Sin embargo, según ha sabido El Confidencial Digital de fuentes del sector, los resultados que han arrojado los 15 establecimientos abiertos hasta este momento “no acaban de arrancar”, según personas conocedoras del volumen de ventas en estos espacios.
Lo atribuyen a que el modelo de convertir las gasolineras en establecimientos de comida rápida no ha llegado a cuajar entre los conductores, mientras que otros artículos como los que se ofrecían hasta ahora (chocolatinas, sándwiches, refrescos) sí se ha demostrado que cuentan con una demanda significativa de los clientes de las estaciones de servicio.
Esta circunstancia, añaden, es la que explica que este proceso avance tan lentamente y reconocen que, en este momento, se encuentra “algo atascado”.
ECD se ha puesto en contacto con fuentes oficiales de Burger King para recabar información sobre la marcha de estos establecimientos en las gasolineras. Al cierre de esta edición, no se había obtenido ninguna respuesta.

Sacar mayor rentabilidad a las estaciones de servicio

Repsol también ha buscado otras fórmulas para rentabilizar más sus estaciones de servicio, aprovechando el gran tránsito de clientes.
De ahí los acuerdos estratégicos con grupos como El Corte Inglés para instalar tiendas Supercor en algunas gasolineras. También mantiene alianzas con la Once y Nespresso.
Fuente: http://www.elconfidencialdigital.com/dinero/hamburguesas-Burger-King-gasolineras-Repsol_0_2318168185.html
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6 de octubre de 2014

A VERLAS VENIR (OTRA DE INCENTIVOS)

 

Este no es un artículo al uso, es un refrito de comentarios de hace un par de años, una retrospectiva sobre lo que suponía para nosotros, los trabajadores, la introducción de un elemento clave en nuestro trabajo como eran los incentivos, sobre cuyas fórmulas matemáticas debíamos obtener una compensación económica. Ya entonces me mostraba escéptico, pero confiado a los sindicatos que debían ser nuestros protectores y garantes de una justa aplicación de la Norma. Acababan de colgarnos la reforma laboral a las espaldas, y lo entendía como un mal inevitable.

Ni entonces ni ahora -creo que solo la primera vez- nos han explicado claramente como funcionaban los incentivos, y muchas veces tuve que exponer sobre un papel ante mis compañeros como se repartían los 1000 puntos que otorgaba la empresa en cada uno de los conceptos. Decía entonces: "La arquitectura de los incentivos es difícil de entender sobre la marcha en diez minutos y mientras atiendes a clientes, por lo que se convierte más bien en una cuestión de fe." 

Nuestros sindicatos siempre han llegado al centro de trabajo, nos han saludado y se han puesto a contarle al encargado como iban las cosas por palacio, que se tramaba y cual eran los planes. Nosotros los expendedores, desde caja intentábamos poner la oreja, y al final, apenas nos daba tiempo para preguntar por ese tema nuestro que hace tiempo teníamos pendiente o para saber cuanto o por qué de cualquier cosa.

Pretender que te expliquen en plena actividad laboral de qué van a ir las nóminas en el futuro, era algo que no podían hacer por la premura de tiempo, y que el encargad@ tampoco ponía excesivo empeño en explicar, ya que primaban "sus asuntos" particulares, por encima de de los problemas del colectivo de Campsared.

Ya por entonces me zumbaba la mosca tras la oreja y debatía con algún sindicalista de los que luego se han volatilizado, que no era todo tan bonito como nos lo pintaban. Decía: "Es evidente que [los sindicatos] no íbais a elaborar unos incentivos a la baja, pero tampoco eran todo lo ambiciosos que las molestias y el deterioro psicológico que producen, hubiesen requerido para sentir que era un trabajo (extra) bien pagado.

Ahora bien, si nos animais a pensar que con la que está cayendo sobre la economía lo raro es que cobremos algo,  es evidente que lo cobramos. Lo que me joderá -si sigo dentro del negocio- es que dentro de tres o cuatro años se vuelvan a modificar por que empecemos a recuperar ventas y a conseguir unos incentivos más elevados."


Aquello era una premonición en toda regla, como las de acertar el número de la lotería en navidad, que ejecutan tan asombrosamente los prestidigitadores de la tele. En cuanto alcanzamos el punto de ebullición, nos enfriaron las perspectivas con otros nuevos incentivos "mucho mejores" e igualitarios, y otra vez a templar los violines hasta que consiguiéramos entonar la serenata en positivo para nuestros intereses. El juego se asemejaba mucho al del palo y la zanahoria, pero nuestros sindicatos seguían invitando a la calma: ¡Con la qué está cayendo, podemos darnos con un canto en los dientes! - Te decían.

En el fondo, era una forma de sentirse tuerto en el país de los ciegos. Con la economía putrefacta, y los trabajadores derribados comos los bolos de un pleno en la bolera víctimas de la reforma laboral, cualquier incentivo parecía una bendición del cielo.

No obstante, me reconcomía la idea de que nos viésemos esclavizados, y amarrados a un sueldo precario, y el quejido, como los acordes de un organillo, lo repetía hasta la extenuación:
"Independientemente de otras cosas, lo que es una sinvergonzada es que unos tí@s que tienen unos horarios cambiantes y a veces muy sacrificados, que trabajan festivos, noches, en año nuevo, que manejan -casi siempre en solitario- un negocio que mueve tantísimo dinero, estemos cobrando sueldos mileuristas, y que el salario base de nuestro convenio siga siendo un salario base de mierda."

Y añadía la letanía de los ecos sociolaborales: "Y encima pretenden que en el nuevo convenio, prescindamos de la antigüedad, tengamos horarios más flexibles y consintamos la movilidad. Y todo eso además de tener que estar soportando el repiqueteo diario de la exigencia en ventas. No será la primera vez que cobro mal a un cliente por no estar centrado en lo que tengo que estar sino en venta de SP o loterías (por cierto, no soy jugador, soy antijuegos, así que, es como poner a un vegetariano a ofrecer hamburguesas; lo paso mal)."

El compañero Sex-shop Red se sumaba al coro de quejosos, siempre abundante, pero que solo se agolpa en los cambios de turno, "por que si esto, por que si lo otro...",  como si fuéramos plañideras de nuestro propio entierro, y expresaba su adhesión:

"Me sumo a este comentario... "No será la primera vez que cobro mal a un cliente por no estar centrado en lo que tengo que estar sino en venta de SP o loterías"... y yo añadiría también, por estar preocupado de que el jovencito que me mira de reojo no se lleve nada sin pagar de la tienda... o por no quitar el ojo al ocupante del coupé que no termina de acercarse a abonar la gasolina... o por estar pendiente del viejecito que no sabe introducir el coche en la máquina de lavado y amenaza con estampar su viejo cacharro contra el pórtico de la entrada...

Hay tantos motivos que evitan que ejerza mi trabajo totalmente concentrado con lo que tengo entre manos, tantas circunstancias que me obligan a una fuerte actividad cerebral, que algún día, lo reconozco, cuando mis amigos, mis familiares cercanos, mis vecinos, todos los que me rodean se rindan a los síntomas del Alzheimer yo solo podré gritar a los cuatro vientos.... ¡¡Gracias Campsared!!"


Gracias por mantenernos con todos los sentidos activos, y más hoy en día, que encima te quitan de la nómina los descuidos y los tropiezos a los que nos lleva tanta rutina complaciente, tanta sonrisa forzada, y tanto empeño por salvar nuestro resultado operativo.

Y recordaba las bondades de la Norma 1501, ¡qué ironía! cuando hoy en día nos enfrentamos al todo o nada por una endeble negociación.

"Yo con la antigua norma siempre gané en torno a 200 € (salvo cuando estuve en una estación pequeña que rondaban los 90-100) y por supuesto prefería lo anterior por la cuenta que me tuvo. Ahora bien, la "venta activa" no se la sacaron de la manga los sindicatos, fue algo que se le ocurrió a algún iluminado de la empresa, y no quedaban más narices que aceptarla.

Cuando se la presentaron a los sindicatos, estos estudiaron en tema y se vio, que sobre el papel, era posible mejorar los ingresos de la empresa y de los trabajadores a partir de un pequeño esfuerzo de estos últimos.

Jose Avesada

El problema es que esto se ha desmadrado por parte de los que exigen el "pequeño esfuerzo" y como explica Pepe Avesada (¡Ay!), quién nos dice que el día de mañana no quiera la empresa que hagamos ese trabajo gratis. Todo se andará, y los sindicatos no pueden hacerlo todo, son nuestros representantes pero no nuestros guerreros ninja para desenvainar las katanas y liarse a machetazos o a katanazos; como se diga.

Si algún día hay que plantarse tenemos que ser nosotros los que hagamos la fuerza, ya lo he dicho otras veces, los sindicatos podrán negociar mejor o peor, pero no pueden quemarse a lo bonzo para exigir posturas radicales, tenemos que ser los demás los que pongamos la fuerza."


Por entonces mi fe en los sindicatos se mantenía intacta, todavía pensaba que hacer sindicalismo equivalía, a estar por la revolución, al socialismo utópico, a la antipolítica, cuando en realidad solo se trata de un trabajo funcionarial, un juego de ajedrez carente de pasión. Por cierto, todo un visionario Avesada, por experiencia o convencimiento, el se olía que la empresa acabaría recortando sobre lo recortado hasta conseguir encajar las tareas extra dentro de nuestras funciones habituales. Estamos a punto de alcanzar ese vínculo de unión. La nueva Norma de Incentivos, es un supositorio a la medida de cada culo. Los que aprieten los glúteos conseguirán ganar unos parvos incentivos, los que se relajen, sentirán la gelatinosa penetración de la Norma mientras su sindicato de confianza, totalmente rendido, les susurra: "Tranquilos, relajar el orto, vereis como no duele".

Indudablemente, hace tiempo que me quitaron la venda de los ojos, hace dos años, cautivo y desarmado di con mis huesos en el convencimiento de lo que es inevitable: "Hoy en día todas las empresas funcionan a través de incentivos (se acabaron los sueldos fijos por el mínimo esfuerzo), y aluden a la "productividad", que es algo bueno para las empresas pero malo para los que la tenemos que sacar adelante. La venta activa tenía que llegar como medio de sacarnos una mayor rentabilidad a cada trabajador. No tiene vuelta de hoja, es el futuro."

Alea jacta est (La suerte está echada). Hoy en día, ya se ha visto que no tenemos ni voz ni voto en este asunto, nos cambian la Norma como cambian la parrilla de la tele, cuando quieren incrementar ingresos, y nos elevan el listón de los objetivos a voluntad, estamos limitados a verlas venir, nadie nos pregunta ni nos informa previamente, somos los receptores de la voluntad de unos pocos ¿La "casta"? Solo queda apelar a la cordura de quienes han rubricado esta última norma, para que vuelvan al camino que clama el colectivo de los trabajadores, que no es otro que sentir que recompensan su esfuerzo, aunque éste no alcance los niveles de exigencia que marcan los objetivos -indudablemente crecientes- que marca la empresa.

Hace dos años escribía esto, y sigo reafirmándome. Dado que ya no hay vuelta atrás:  "Soy firme partidario de los incentivos individuales recompensados con efectividad. De esa manera el que quiera ganar más terminará afónico [y agotado] los turnos, y el que se contente con un "sueldo mediocre", [al menos] llevará un trabajo pausado sin el agobio de unos superiores que azuzan machaconamente por detrás."

Comentarios de julio de 2012 (entre los días 23 y 28)
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1 de octubre de 2014

NORMAS DE COMPROMISO

Hace apenas dos meses que se firmaron varios pactos que regulan nuestro trabajo. No volveré a hablar de ellos pues resulta enojoso escarbar en el barro sabiendo que no hay nada valioso enterrado, siendo además consciente de que me voy a pringar por nada, por que la reforma laboral ha dejado poca cancha a los sindicatos para jugar a algo decente, y por eso, dan cuatro pases, y te hacen ver que tienen un tiki-taka preciosista, pero en realidad, solo juegan con nosotros, ellos y la empresa. Y nosotros, los trabajadores somos la pelota, la que continuamente recibe puntapies, y encima pretenden que seamos comprensivos.

Sin embargo hay algo que me ha escandalizado y dolido, algo así como una patada de ésas precisas en los huevos que te hacen ver las estrellas, he leído (tarde, qué lástima) la Norma de Incentivos que se aplicará en Campsared a partir de 2015. Aún me pellizco para saber si estoy dormido y esto es una pesadilla de la fase Rem de mi sueño.

La verdad es que el texto no tiene desperdicio, ¡qué digo! es pura basura, para mandar directamente al contenedor verde con los sandwiches caducados.  No entiendo como los sindicatos han rubricado tal insensatez. Estos incentivos son una chapuza, o peor aún, una renuncia tácita a los mismos.

Vamos por partes. Cuando implantaron el nuevo sistema de incentivos la idea como tal no era mala, significaba regular un plus que anteriormente adjudicaba el JZ a capricho (Norma 1501), se lo daban a las estaciones cuyo encargado o expendedores eran del agrado de la "corte", osea, los amiguetes y los pelotas. Desde su implantación en 2006 siempre ha habido marejadilla con las quejas, por que el sistema no acababa de ser igualitario y motivador, pero a partir de 2015 además, será una auténtica tomadura de pelo. Si Ccoo y Ugt han dado el visto bueno, es que han pensado mas en el bien de la empresa que en el nuestro. Con razón nadie nos contó nada hasta que se hubo certificado la fechoría.

Hoy en día, todas las empresas basan parte del sueldo de sus asalariados en incentivos que nunca son del gusto de los trabajadores. Han logrado cambiar un porcentaje de remuneración por comisiones de dudosa consecución, de este modo consiguen mantener sus ingresos cargando la factura de la crisis a los empleados. Y este rizar el rizo, aumenta cada año. A este paso, en normas posteriores acabarán regulando hasta el tiempo para ir al baño, y nos descontarán los minutos que pasen de una micción médicamente razonable. Gracias qué para eso, tenemos a nuestros sindicatos, para ejercer la defensa de unos objetivos dignos y alcanzables, no para que agachen la cabeza o silben mirando hacia la luna ¿no?.
Las normas de incentivos, solo a veces nacen de la voluntad de la empresa, al menos eso creía yo, pensaba que nuestros representantes sindicales, promovían -no siempre con acierto- esta forma de salario para evitar abusos, y repartir esa parte de dinero destinada a la motivación entre los que, justamente por trabajo o esfuerzo se lo merecieran. En este caso, supongo que ha sido la empresa la que ha escrito el texto, y se la ha hecho tragar con embudo a los negociadores sindicales.

Nos lo presentan como una mejora, siempre nos lo vendieron como una ganga de esas que encuentras en las rebajas de fin de temporada, un chollo que incorporar a nuestra nómina. La verdad es que nunca ha sido así, tal vez la crisis... ya se sabe, nos ha puesto la zancadilla para que nuestros incentivos se quedaran siempre a las puertas, o apenas rebasaran el listón necesario para colmar nuestra satisfacción.

En este caso, como otras veces, se nos ofrecen con una garantía de comprensión y mayor "trazabilidad", que el diccionario dice que es la posibilidad de identificar el origen y las diferentes etapas de un proceso de producción y distribución de bienes de consumo, osea, de cargarnos el muerto a los trabajadores de unas bajas ventas sin temor a señalar a tu jefe o al responsable de tiendas.



En este devaneo, se establecen tres indicadores cuantitativos: Resultado operativo, ventas de carburante, y ventas de tiendas y servicios, y al mismo tiempo se fija un valor umbral mínimo para el cobro de incentivos, y un valor máximo, que vienen a ser como las clausulas suelo y techo de las hipotecas. El resto del texto puede ser gloria bendita, pero si no alcanzas el mínimo ¡ay!, es papel mojado, guirnaldas para encubrir la necedad.

Resulta que a partir de 2015 dependiendo de la valoración de una empresa que nadie sabe como funciona exactamente, podremos o no cobrar incentivos... lo leo y no lo creo. Y es cierto, lo dice el punto siete: "REQUERIMIENTOS ADICIONALES:  Para poder acceder al cobro de incentivos, cada estación de servicio debe alcanzar unos estándares mínimos en calidad y excelencia de la gestión que actualmente se referencian al programa e3 y a la gestión de mermas de tiendas. [...] El nivel mínimo de calidad será de 7 puntos... [...] No alcanzar ese mínimo supone una penalización del 100% de los incentivos"

¿Quién ha guisado esta bazofia?. En mi estación precisamente el mes pasado hemos sacado menos de siete puntos, ¿Qué tendremos que esperar en el futuro? ¿Tres o cuatro meses sin incentivos sin que nadie nos concrete porqué y cuándo ha sido esa valoración?

Pero hay más, resulta que hay unos mínimos abonables ¡Ah, vaya! te dices, pero (punto 8) condicionados al mantenimiento y limpieza de los servicios y aseos ¡¡y a la obtención de una puntuación mínima en el e3!!   ¡¡Ja!! ¡Jajajajajajajajajajaja! ¿De modo que si nos puntúan por debajo de siete, aunque limpiemos los servicios y aceptemos el resto de rutinas no vamos a cobrar por ello? ¿Vamos a hacer ese trabajo gratis cuando antes merecía los incentivos mínimos? Debo haberlo entendido mal. Anteriormente solo por participar en la gincana nos pagaban 68,70 € y ahora ¿Algunos vamos a tener que hacer ese trabajo gratis? ¿Y por qué no la pintura, o la jardinería? A lo mejor al del e3 no le gusta que haya hierbajos en las alambradas, tal vez no le agrade el color de los bordillos, o prefiere que le subamos la bragueta cuando mea, como un detalle de atención personal.  ¿Y qué más? No en vano, ya hemos incluido estos años la panadería, la pizzería, la venta activa, la atención en pista, la cafetería, la limpieza de cristaleras, la sustitución de fluorescentes y bombillas, la venta de cupones, la bollería... todo en el mismo lote de sueldo. Ahora el mantenimiento y la limpieza de aseos y lo que a vuecencia se le antoje. ¿Por que no nos hacen saltar por un aro a la orden de sip?


Aún hay más perlas como las que refleja el punto 6: bonus de eficiencia.  Las estaciones que resulten más eficientes/vendedoras (solo las 100 primeras claro) recibirán un bonus que dependerá de un malabarismo de RE y RES, eso si, solo será para las estaciones grandes, los trabajadores de las pequeñas aunque se dejen los cuernos vendiendo no tendrán bonus. Eh, que hay más, las estaciones grandes aunque vendan millones si no son excelentes por el e3 (punto 7, Requerimientos adicionales), ya pueden vender jamones a mansalva, menús por centenares, cubas de combustible haciendo cola en la zona de descargas... que no cobrarán nada, has leído bien, nada, ni para tomarse un café.

También se han cepillado el incentivo de los Encargados de Turno, han pasado a ser objetos decorativos, simples mayordomos para hacer la prueba del algodón a las limpiezas. Su trabajo administrativo no cuenta, sus incentivos saldrán de nuestro esfuerzo, lo que puede convertirlos en potenciales hijos de puta.

Esta Norma que nos compromete para los años próximos no es solo una chapuza, es una puñalada trapera. Lo que nos han subido este año nos lo van a quitar en los siguientes, ¡valiente norma de incentivos!. No es posible que los sindicatos hayan participado en la redacción de esa panfletada. Ahora nuestro trabajo va a consistir en limpiar, limpiar y limpiar, vender, sonreir, sonreir y vender y a lo mejor entonces cobramos, pero no es seguro, dependerá de la providencia y de la suerte, como si echáramos un Eurojackpot.

Los veranos por supuesto habrá que olvidarse de incrementos salariales. Entre que suben los objetivos, que hay mas trabajo, y además gente nueva tratando a adaptarse al sistema, gente que no cobrará ad personam ni incentivos (punto 12, altas), bastante harán con cuadrar las cuentas para que no les descuenten dinero... Vamos, de culo y cuesta abajo. O cuesta arriba, no sé, como peor se ande de culo.

Lo que no es normal es que una norma de incentivos que se supone debe ser motivadora, dependiendo de eventualidades difíciles de controlar, nos penalice. Esta bien que no sume pero nunca debería restar. Con este planteamiento lo normal es que con la primera bofetada perdamos el interés. ¿Ya no se premiará a los buenos vendedores? ¿Quién gana?, la "banca", evidentemente.
Luego vendrán los apercibimientos, las sanciones y el tirón de orejas diario: ¡Qué no se ven celdas verdes en este cuadro! Pues ponle un ficus encima, no te jode. Por que otra cosa no, pero la empresa está endureciendo las sanciones sin que los sindicatos meneen el culo.



Una cosa es cumplir las tareas y otra hacerlas por amor al arte cuando antes recibíamos una remuneración. Por esa regla de tres aceptemos a partir de ahora cualquier exigencia de la empresa, ya lo dice el Convenio Estatal"todas aquellas tareas encaminadas a una adecuada explotación del punto de venta", ¡chúpate esa!, y mientras los sindicatos abanicándose por que ellos y los Jefes de Zona, ocurra lo que ocurra, SI van a cobrar incentivos (punto 12.1); nunca se quedarán en blanco.

Yo pienso en todos aquellos magníficos vendedores o excelentes trabajadores que pueden quedarse sin incentivos por una mala puntuación o por que determinado compañero limpie poco, o por unos clientes capullos que puntúen alegremente para ganarse unas entradas al cine o un juego de sartenes.

El programa e3 debería haberse utilizado en la Norma de Incentivos actual y en la nueva que se aplicará en 2015 como una herramienta para mejorar aquellos aspectos de las EE.SS. en los que se vieran deficiencias, carencias o errores en los determinados puntos que este programa valora, PERO ROTUNDAMENTE NO SE DEBIERA UTILIZAR PARA PENALIZAR EL ESFUERZO que los trabajador@s realizan para la consecución de los objetivos establecidos a superar por su Estación para cobrar según el % alcanzado, sus Incentivos.

Esta forma de estímulos es una insensatez, la Comisión Mixta de Seguimiento que regula la Norma debería rectificar el disparate en cuanto pueda. Si no ocurre así, que es lo más posible, estamos abocados a perder no solo el dinero, sino la ilusión, y después ¿qué nos quedará? Soportar los envites de la empresa hasta caer. Al final Campsared acabará haciendo sus 150 trabajadores fijos acordados o más, a costa de sustituir a los despedidos por no cumplir los objetivos.

Sindicatos 0 - Empresa 1. Reducción de gastos = objetivo cumplido.
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OCTUBRE 2014, Comentarios

Mucho se hablará este invierno sobre el maravilloso mundo de los incentivos. Escucharemos fantásticas historias llenas de aventura y diversión, y un sin fin de fuegos de artificio dando color a cada uno de los argumentos y cifras que contienen. 

Las versiones estarán expuestas con ilusión y fantasía, y nuestros sindicatos dejarán ejemplares de ellas en la Zona Disney de nuestras estaciones para que podamos consultar el fabuloso mundo multicolor y lleno de sorpresas que nos deparan los incentivos para el año que viene.
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