La habitación es aséptica, dos sillas enfrentadas una a la otra y por medio una mesa. Pocos papeles sobre ella, una bandeja con algunas carpetas y un ordenador gris, colores neutros para una habitación tranquila, iluminada, silenciosa, nada de camisas de fuerza colgadas de un perchero, ni vitrinas atiborradas de pastillas. Estoy aquí por que no puedo más. Me duele el pecho cada vez que me acuerdo del trabajo. Siento angustia, se ha apoderado de mi un pánico que me afloja las piernas y me oprime el corazón. No sé como, ni cuando comenzó esta obsesión que me ha quebrado el ánimo. Me impide pensar con claridad, me atrofia cuando escribo. Casi no lo hago, todas las últimas historias forman parte de la cosecha que almacenaba el disco duro. Tengo pocas ganas de escribir, tengo algunas ganas de llorar. Unas y otras surgen atropelladamente por que me siento herido, acobardado, ya no puedo competir más. Durante meses la presión ha ido minando mi resistencia y mi moral, ya casi no me quedan fuerzas, todo son amenazas; si me falta dinero, me lo descontarán, si un coche se me escapa, me lo descontarán, si faltan rascas o loterías me lo descontarán, si falta en inventario me amenazarán, si no se vende lo previsto me apremiarán, me intimidarán, los lobos del apercibimiento, del traspaso, del traslado, de la detracción de salario, resultan agonías diarias duras de soportar. Mires donde mires, todo son aristas cortantes que amenazan y duelen en lo mas profundo del alma. Está muy bien decir que solo hay que ofrecer, pero ahí están los rankings semanales, hurgando heridas, como reprimendas hacia lo más profundo de tu ego. Eres el 68, y la pasada semana ocupabas el puesto 75, "eres un lastre, vendrán ha hablar contigo, esto no puede seguir así". Miro la lista y busco nombres conocidos que estén bien por debajo o por encima. Los primeros se me atraviesan en el pecho, no por envidia, pues creo que ésta es una carrera, en la que somos galgos que perseguimos un conejo de madera, osea, nada. Suena el disparo y nos lanzamos unos contra otros a ver quien cruza antes la meta y recibe la felicitación en forma de mensaje de su jefe de zona. "esta semana hemos sido los segundos, muy bien chicos, hay que seguir hasta lograr ser los primeros" Pues en esta carrera demencial, yo me he roto la pata, he sentido crujir el corazón, y me acobarda la lista en blanco de mis ventas. ¿Que ha pasado? No era el trabajo de mis sueños, pero tampoco me provocaba pesadillas. Ahora me asfixio cuando me pongo en caja, me falta el aire, imploro a mis clientes, y al borde estoy de suplicarles con lamentos, NECESITO UNA VENTA, NECESITO QUE SE LLEVE UN MELÓN, olvídese de esa mierda de caramelo o de patatas, llévese unas almendras, llévese un queso, COMPREME UNOS RASCAS, ¡Por Dios! no ve que estoy desesperado... Siento no poderos entregar un artículo ameno, que provoque cuando menos media sonrisa, y que algunas buenas personas gratifican calificándolo con las estrellitas que compensan mi esfuerzo. Me está costando escribir, me está costando hasta vivir. Yo no puedo vender las paletillas como si fueran cocacolas, yo no puedo escalar tal como piden en esas listas negras de SPs y de Once. Para mi suponen un suplicio que me cuesta dinero incluso, por que maquillo mis cifras muchos días con compras insensatas de productos que yo no necesito, y que son caros, son sablazos que me libran de la vergüenza de no quedarme en blanco, pero por culpa de eso estoy sumido en negro. Ni la aséptica habitación iluminada, ni la doctora que amablemente me explica todo lo que ya sé, y que he explicado a otros, me convence. Racionalizo sus palabras por que sé que tras cada día de trabajo, me espera una carrera, y además cronometrada "Son las once de la mañana y solo llevais [...], teneis que apretar más, a este paso no vamos a conseguir los objetivos". Ratifico en silencio todo lo que me dice la doctora, como cuando tengo a mi Jefa o a la encargada recomendándome lo que hay que hacer: "Siempre ofrecer, siempre sonreir, siempre insistir", recojo las recetas con la esperanza de que aquellas pastillas de la risa (el Prozac), cumplan con creces la función de reblandecerme los sesos, de atemperar mi furia y hacerme un vegetal que cumpla con las leyes y órdenes como si me hubiesen trepanado el cerebro y colocado un chip, como un manso castrado que babee ofertas de productos fantásticos, y que se lea los rankings como quien lee la parrilla de la tele. He tenido que llegar a este punto por que no soy expendedor. Sin darme cuenta me he metido en una carrera y ahora soy un atleta que debe batir marcas cada día, como lo hace mi compañera, como lo hacen quienes siempre aparecen en la cabecera de los rankings, super-expendedores, super-vendedores, a quien con gran orgullo regalará jamones su Delegación, o invitará a grandes eventos, para que demuestren que están agradecidos a la vida y a su empresa por darles la oportunidad de brillar. Podré verlos en la revista de Sumando Valores, podré envidiarlos en sus astronómicas cifras de cada semana mientras a mi me señalan como inepto. Mi consuelo es estar a media lista, como los medio tontos, como los que ni fu ni fa, como los que jamás llegarán a nada. No me imagino entre los diez colistas, deben tener las tripas encofradas, y una autoestima a prueba de explosiones atómicas; no podría superar una culpabilidad como ésa. ¡Y que no me falte dinero!, por que además del corazón me dolerá el bolsillo y crecerá mi rabia y mi amargura. Me tomo mi primera pastilla frente al ordenador, sorbo un trago de agua y aprieto los dientes, para poder tener el cuajo de presentarme a trabajar mañana sintiéndome una mierda que siempre está en lo rojo de los rankings, para sobrevivir a la incertidumbre de un trabajo continuamente amenazado. Espero poder superarlo. Espero tener fuerzas y ánimos para seguir llevando el Blog, para cambiar lo negro por lo verde, y recuperar las ilusiones. Siento el tostón... |
ESTACIONES DE SERVICIO REPSOL "Hola compañeros, soy un expendedor como vosotros. Este blog esta creado con el ánimo de que dejéis vuestros comentarios, quejas, opiniones, etc.
COMPAÑEROS DE CAMPSARED
Este blog, como indica en la cabecera, originariamente fue creado por un compañero llamado EXPENDEDOR-VENDEDOR el 20 de noviembre de 2008 pero problemas técnicos le impidieron actualizarlo, lo que dio pie a la creación de esta segunda etapa renovada que es la que se abre a continuación.
Como aquel, mantiene la idea de tener una plataforma de comunicación, de reivindicación y sobre todo un medio de expresión para todos los trabajadores de CAMPSARED y de REPSOL, y a la que quedan invitados cualquiera de los trabajadores de EESS sean cuales sean sus marcas.
Bienvenidos todos a este foro de diálogo e información.
Recordar que si visitais esta página por primera vez, para conocer el contenido completo de este blog desde su nacimiento, deberíais comenzar por el antiguo blog pinchando en este enlace:
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1 de octubre de 2012
DEPRESION
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Todo empezo con las ventas de regqluz a dos euros que divertido era y no sabiamos que nos ponian a prueba para exprimirnos como naranjas. Lo vivimos como un aliziente y una diversion en nuestro turno como un rayo de sol sin saber que estos buitres desearian mas y mas. Llegaron los productos de spo y la novedad nos parecio algo graciosa hasta que los buitres decidieron presionar con cartas con la persona de venta activa( que parece que nuestros clientes de no verla nunca le compran) y ya tenemos ves ves si se puede solo es proponerselo y venir con ganas. Y en nuestras cocinas tenemos garrafas de aceite almendras y un surtido innecesario de productos nos volvemos ludopatas por vender los rascas, y nuestros sueños esque el dia siguiente se alineen lis astros y alguien nos resuelva el turno. Pero no casi siempre escuchamos las lamentaziones de los clientes estoy yo para que me ayude la cruz roja a mi, no tengo para gasolina me voy a llevar unas almendras. .... Los jefes de zona desde sus ordenadores imprimiendo cartas de sugerencias olvidan que ellos no han pasado por esto dia tras dia vivieron otra etapa y nunca se pondran en nuestro lugar pero sabrán como sacarnos hasta el ultimo aliento
ResponderEliminarY lo que nos queda Noe
EliminarBueno yo ya no estoy en la empresa y no sabes lo que me alegro y espero que no me haga mas falta pero el trato es penoso! Suerte a todos
ResponderEliminarBueno yo ya no estoy en la empresa y no sabes lo que me alegro y espero que no me haga mas falta pero el trato es penoso! Suerte a todos
ResponderEliminarSobre la depresión y otros trastornos mentales hay una serie de HBO que se llama, PSI, veanla les hace reflexionar mucho.
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