COMPAÑEROS DE CAMPSARED



"Podeis decir lo que pensais de vuestros encargados, de los objetivos, de la venta activa, de los cursos, de Sumando valores, seguridad, promotores del cambio, sindicatos, y todo lo que querais. Hubo en tiempos un blog de un compañero en donde mucha gente dejó sus comentarios, hoy no existe y como alternativa nace CAMPSARED BLOG, para reunir a todos los que somos COMPAÑEROS DE CAMPSARED"

Este blog, como indica en la cabecera, originariamente fue creado por un compañero llamado EXPENDEDOR-VENDEDOR el 20 de noviembre de 2008 pero problemas técnicos le impidieron actualizarlo, lo que dio pie a la creación de esta segunda etapa renovada que es la que se abre a continuación.
Como aquel, mantiene la idea de tener una plataforma de comunicación, de reivindicación y sobre todo un medio de expresión para todos los trabajadores de CAMPSARED y de REPSOL, y a la que quedan invitados cualquiera de los trabajadores de EESS sean cuales sean sus marcas.

Bienvenidos todos a este foro de diálogo e información.

Recordar que si visitais esta página por primera vez, para conocer el contenido completo de este blog desde su nacimiento, deberíais comenzar por el antiguo blog pinchando en este enlace:

'www.campsaredsprint.blogspot.com'





1 de abril de 2012

AHORA, A TRABAJAR

Fue antes de ayer cuando ocurrió, pero... no, no se abrieron las aguas del Atlántico, ni siquiera las del Estrecho, no calló ningún meteorito que cambiara la faz de este planeta, ni se resquebrajaron los cielos arrojando aguaceros de saltamontes o de ranas, acontecimientos lo bastante terribles como para asustar a Rajoy y a su equipo de recortes habitual. Tras la huelga, que aunque muchos califiquen de fracaso, existió -entró en las fábricas, en los polígonos, en centros oficiales y en algunas gasolineras, entre otros-, lo que no cabe duda, es que la vida sigue. Ha de continuar ocurra lo que ocurra, quiera Rajoy cambiar esta reforma o quiera tatuársela en la espalda.

Siempre que un puñado de obreros se atreva a protestar, ya por si mismo el hecho debería considerarse un éxito, por haber sido capaces de superar los miedos, y de servir de ejemplo (y esperemos que no de sacrificio) a los demás. Los que hayan visto a su vecino ir a la huelga, deberían agachar la cabeza por no haberle apoyado, por haber permitido que su vecino protestara por sus derechos y los tuyos. Por que los que han dado la cara, no la han  puesto al alcance de las tortas solo por ellos y por sus primos, también por ti y por mi, por todos los que se quedaron solo en el "pensamiento", renunciando físicamente a participar, abandonando a su suerte a los demás.

Ahora, llega el momento de la reflexión, el de los cuchicheos entre políticos, el de la racionalización de la protesta y de las cifras. Unos dirán que España se ha paralizado por completo (no es cierto), y otros, que todo el mundo ha ido a trabajar (mentira). Ha existido un paro real, se ha demostrado que existe un descontento que se multiplica por diez cuando uno palpa la realidad a pie de calle como hacemos nosotros, que día a día escuchamos las quejas y las lamentaciones del público, más allá de convicciones políticas.  El PP ha dado un paso radical, apropiándose de la franja roja donde se dirimen nuestras luchas y conquistas sociales, el terreno donde se da el tira y afloja entre trabajadores y empresarios. Ahora toca estudiar si ha de rectificarse alguno de los excesos cometidos.
Se abre un periodo de reflexión, en el que el gobierno debería hablar con las partes sindicales, y limar las aristas más dañinas de la reforma. De otro modo, habrá que reemprender las protestas que ya sabemos que perjudican a todos, del mismo modo que sabemos, que la reforma solo perjudica a una parte, la que no lleva la voz cantante, pero se encarga de los ritmos y los coros, y de arreglar el escenario.  Llega el momento del debate. por que aquí nadie ha fracasado, ni los que fueron a la huelga, ni los que niegan su existencia mirando hacia otro lado, simplemente no hubo diálogo para aprobar unas reformas, necesarias muchas de ellas, pero injustificadas otras, que han superado en mucho a las más drásticas tomadas jamás en democracia.

Los que denostan a los sindicatos, tendrán razón; no ofrecen sacrificios a lo bonzo, ni hacen huelgas de hambre trimestrales para mostrar abnegación, juegan a un juego que se llama "política", que es complejo como el del ajedrez, donde las estrategias son fundamentales, y en el que los trabajadores somos los peones que se extienden sobre el tablero y sin cuya participación es imposible ganar una partida. Los sindicatos marcan la táctica, los que tienen que hacer revoluciones somos los demás. No se ganan batallas con los soldados en la cafetería, ni con los peones en la caja.

Estos días se ha hablado mucho de los sindicatos, se les ha criticado casi más que al gobierno, como si fueran cómplices de los recortes, se ha dicho que son antipatriotas, que viven como ricos, que no nos representan y que pretenden cargarse este país con una huelga hecha a destiempo. A nadie le interesa más que a este gobierno (a cualquiera), que los representantes sindicales pierdan su legitimidad, y que desaparezcan para siempre. La caverna mediática ha hecho bien su trabajo lanzando mierda que todos huelan y relacionen enseguida con los sindicatos.  A ellos les toca ahora darse una ducha, ponerse el traje de faena y demostrar que no es así, que aún cabe confiar en ellos como garantes de los derechos  laborales y que su compromiso con los trabajadores es algo más que palabrería barata.

En este punto, quiero abrir un paréntesis, para decir que creo sinceramente que STR se ha equivocado. Es cierto que han dado libertad para seguir la huelga (faltaría más), pero de un sindicato que quiera enorgullecerse de ser tal, lo que se espera es que quienes lo encabezan, den un paso al frente, no que se aparten y se limiten a dar los buenos días agachando la cabeza. Y si estaban en contra de la reforma laboral, lo suyo es demostrarlo, que las palabras se las lleva el viento, pero los actos, quedan, y retratan mejor que nada a las personas, y a la sinceridad de sus ideas.
Sé que son buena gente, con nobles intenciones, pero, también los buenos se equivocan, y aún hay camino por delante para enmendar este yerro.

Pero mientras todo eso ocurre, no hemos de olvidar esta crisis, ni abandonar el esfuerzo. Nuestra empresa y el resto, han sufrido el daño colateral de una huelga y ahora toca también demostrar que somos ciudadanos, pero también trabajadores responsables, y que las cosas no están como para perder clientes, ni abandonarnos a la molicie.  Llega semana santa, el puente de los puentes, y mientras sindicatos y políticos hablan o se amenazan, los demás hemos de dar un plus de nuestro esfuerzo, para que todo vaya como a todos nos gusta: Bien, mejor que ayer, o por el buen camino, que es lo que todos deseamos; el gobierno, los sindicatos, la empresa y el país en el que vivimos.
Buena semana Santa, y buenas ventas.

ABRIL 2012, comentarios

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27 de marzo de 2012

DERECHO A LA HUELGA

Por Vendedor Activo

Frente el futuro que se augura, donde, además de lo ya expuesto, yo creo que intentarán acabar con el Derecho a la Huelga, es preciso informar a cualquier trabajador sobre su legitimidad ante la misma.
Normalmente, a estas protestas, siempre se suman los 'sospechosos habituales': afiliados, enlaces, delegados, etc. Y parece que hay un miedo latente a relizar este tipo de ejercicios -completamente legales- salvo que pertenezcas a un partido político o a algún sindicato.

Existe un desconocimiento desmedido en este país en lo que a materia laboral se refiere, y en todo lo tocante a derechos y obligaciones de un trabajador. No hablemos ya de la organización del trabajo, tipos de contrataciones, seguridad, causas de extinción, etc.

Creo que en todas las escuelas se debería estudiar Formación y Orientación Laboral desde la ESO. La desinformación y la ignorancia, voluntarias o no, están haciendo un gran favor a los empresarios más carroñeros...

Y cada vez hay más rebaños que siguen a un macho cabrío por inercia, no por conocimiento de causa: "Si mis compañeros la hacen yo también"; "Si vienen los piquetes, cerramos y nos vamos"; "Depende de lo que diga el jefe" (esta la he oido hoy), etc.

Por eso os pido a las 60 personas que pueblan este foro, que difundáis el porqué de la huelga, como quien da un informe, de manera objetiva. Que luego cada uno saque sus propias conclusiones y tome su determinación.

Y de paso, explicáis, que el ejercicio huelguista es un derecho constitucional, similar al sufragio universal, de libre difusión y cumplimiento, con lo que nadie te debería discriminar por tu opción. Esto es muy importante que se conozca. Todavía hay una parte importante de la población que cree que vivimos en tiempos de la dictadura.

No hace falta que os subáis a una tribuna y entonéis la demagógica copla "compañeros, compañeras...". Ésa ya está muy vista.
Un compañero, un amigo, el vecino que tiene dudas,  necesita vuestro conocimiento, y que le digáis donde profundizar en la materia, si es que está interesado.

Ojalá consigamos, que por lo menos la gente piense por si misma.

26 de marzo de 2012

HUELGA DE DOBLE FILO

A mediados de esta semana tenemos un dilema al que enfrentarnos. Una respuesta societaria a la reforma laboral. Por un lado parece que el plante no va a servir de mucho (nuestras propias encuestas muestran un resultado apabullante).  El gobierno se ha apretado los machos, se ha atrincherado tras una recia mayoría absoluta luciendo músculo como un macarra de pantalones prietos, y en cuanto alguien protesta, le responde con chulería ¿Qué de qué?

La 'sobredosis' de votos es lo que tiene, da mucho músculo, y mucha libertad para arrear hostias (en Valencia fueron literales), aprobar reformas contra natura, o hacer trizas derechos que había costado lustros alcanzar. Pero, pelillos a la mar, este gobierno con el pretexto de arreglarnos la vida a los trabajadores, se la ha arreglado también a los empresarios, que además -en su mayoría- son votantes de la derecha.  Así pues, venga un detallito de bienvenida. Que les hubiese regalado un panettone ¿verdad?

El caso es que, tras la victoria electoral, todo han sido tijeretazos, cortes y recortes, como si Freddy Kruger llevara las carteras de Economía y Hacienda  y hubiese estado dando rienda suelta a las cuchillas provocando las pesadillas de los trabajadores.
El que más y el que menos, se ha pertrechado ya de betadine, vendas, gelocatiles y reflex para sobrevivir a las heridas y al vapuleo que va a durar un par de años como poco. Pesadilla de "Moncloa street" que los andaluces han asumido con coraje, sin amilanarse después de lo visto en las demás comunidades.  Ellos, como el japonés que se destripa en un hara-kiri, han votado al PP en las autonómicas, demostrando que en cierta forma, asumen el varapalo que les vaya a caer, aceptándolo como una penitencia.  Eso si, en un último arranque de lucidez, Izquierda Unida se ha llevado la parte del pastel que le tocaba al candidato Arenas aguándoles la fiesta. Lo siento por Arenas, que era mucho más guapo que Griñán, a la hora de lucir en las fotos oficiales.

En este punto, enfrentado a la decisión de hacer o no la huelga, varios pensamientos saltan dentro de mi, como las palomitas calientes, preguntándome como hemos llegado hasta este extremo. Al contrario que muchos españoles, no me siento culpable de la crisis, yo no voté al PP, ni considero justificada la escabechina que ha mutilado nuestros derechos laborales.

Yo, como todos -como la inmensa mayoría que conozco-,  trataba de llevar una existencia de disfrute moderado. Compré una casa que voy pagando con esfuerzo, celebrando las sucesivas bajadas del euribor.  Compré un coche pequeño que consumiera poco, que pudiera pagar en cuatro años sin extender mi deuda eternamente. Pagaba mis facturas, el agua, el gas, la luz, haciendo cuentas y apartando dinero para los gastos familiares. Cuando pude y me vi capaz compré una tele grande de plasma y de 100 hercios, aunque las buenas ya eran led y de 200 hz, por que debía pensar con la cabeza, y no con mi vehemente corazón. Mi móvil es ciertamente normalito, mi ordenador de oferta, ningún pepino de tropecientos megahercios. y compro ropa de precios asequibles en centros comerciales. Además, me gusta pasear, que es bien barato, y mis escaparates favoritos -y gratuitos- son los largos pasillos del Leroy Merlín donde disfruto imaginando lo que haría si tuviera dinero. Una vida que no es nada alocada como veis.

Fuera de aquello, siempre he volcado mis esfuerzos en hacer mi trabajo, subir las ventas y conseguir el bienestar para mi empresa y mi familia. Y ahora, de pronto, sin haber hecho nada extraordinario que perjudique a este país, sin vivir -pienso- por encima de mis posibilidades, sin tener deudas que no pague, sin jugar a la bolsa, sin inflar ninguna burbuja ni especular con mi vivienda, sin engañar a los mercados o a mi banco, ni pedir subvenciones, ni insultar a los guiris de Moody's o de Standar & Poor'sde pronto, me dicen que he jugado a los dioses, que por mi culpa y de otros como yo, el estado tiene un déficit bárbaro, las comunidades andan a la cuarta pregunta, y que mi ayuntamiento no va a gastarse un duro más, porque hay que pagar 60.000 millones que debemos a la Unión Europea.

No lo entiendo. Es por eso por lo que van a cortar donde se tercie,  más o menos hasta donde alcance la tijera. Van a subirnos los impuestos, pagarnos menos sueldo, paralizar cualquier mejora, abaratar la sanidad, la educación, subir el iva, mandar a miles de personas a la calle, y por si fuera poco, arrancarnos los derechos sociales, hacer que la pensión sea más pequeña, pasearnos por la plancha laboral para que el empresario tenga fácil arrojarnos al mar o bien hacernos comulgar con ruedas de molino. No es justo.

Me siento defraudado y sorprendido. Con un pasaje de tercera en el Titanic, viendo como el barco se hunde y a mi, y a mi familia, a mis amigos y vecinos nos echan la culpa por haber levantado un iceberg de polvo de ladrillo.

No me siento responsable de esta crisis, y sin embargo como el resto, he visto amputados mis derechos y  he sido culpabilizado, castigado por la reforma laboral y los recortes, y condenado a padecer precariedad para los restos mientras los que mandaban, banqueros y políticos, siguen viviendo a nuestra costa (ellos pagan sus deudas a un cómodo 5 % de interés), y con paternalismo hipócrita nos repiten con retintín: "Que sepais que lo hacemos por vuestro bien".

Llega a tal punto el optimismo de nuestros empresarios que no hace mucho como en un aquelarre, han llegado a convocarse cursillos en los que aprenden a sacarle provecho a la reforma manteando trabajadores entre aplausos y vítores,  explicando como asarlos a la parrilla para que estén crujientes.

Si creen que vamos a aceptar mansamente que se nos esclavice como trabajadores, si piensan que con el sacrificio y una injusta reforma laboral vamos a estar callados, se equivocan.  Abaratar el despido solo es una excusa.  Por eso, por todo lo que ya hemos perdido y más que se avecina, el 29 hay que participar.
Y no nos engañemos, esta huelga no es por los sindicatos, aunque con ella se reafirmen, pues el éxito de sus negociaciones depende muchas veces de actos como éstos. La huelga es por mostrar nuestra repulsa y apostar por la esperanza.

Agachar la cabeza no va a arreglar las cosas, y es posible que el miedo condicione la decisión de mucha gente, especialmente trabajadores eventuales, los de temporada, los de prueba, y ¿Los cobardes?  El doble filo de esta huelga nos asusta, y eso va a abrir una gran brecha entre los que manifiestan rechazo contra las medidas tomadas -que somos casi todos- y los que de verdad  van a mostrar en público su desacuerdo desafiando los miedos y las opiniones contrarias.  Por ellos, por nosotros, por todos, especialmente los que estamos fijos tenemos que mostrar nuestra queja, y hacer valer nuestro derecho a la huelga,  Hacer sentir a nuestros dirigentes políticos que no estamos de acuerdo, que no nos resignamos, que los trabajadores no vamos a pagar la crisis, que siempre que nos pisen vamos a protestar, sin descanso.  No habrá paz para los malvados que dictan leyes indignas o esclavistas que envenenan nuestro futuro devastando las conquistas sociales del pasado. Si no respondemos con contundencia, las medidas sucesivas que tome el gobierno serán aún más demoledoras.

Después de habérmelo pensado algunos días -sin la vehemencia de un sindicalista sino con el realismo de un trabajador-, he comprendido que hay sobradas razones para convencerse de que lo único que nos queda, aunque sea el último recurso y parezca que no sirve de nada, es la protesta, poner el grito en el cielo y apoyar esta huelga demostrando que no van a pasarnos por encima.

Por eso, y por cinco millones de razones más, a esta huelga, todos deberíamos ir, todos en nuestras estaciones tendríamos que estar de acuerdo y apoyar la movilización por el bien de nuestro futuro. Claro que el miedo es libre y la mayoría somos unos cagaos, pero eso, es otra historia.