COMPAÑEROS DE CAMPSARED



"Podeis decir lo que pensais de vuestros encargados, de los objetivos, de la venta activa, de los cursos, de Sumando valores, seguridad, promotores del cambio, sindicatos, y todo lo que querais. Hubo en tiempos un blog de un compañero en donde mucha gente dejó sus comentarios, hoy no existe y como alternativa nace CAMPSARED BLOG, para reunir a todos los que somos COMPAÑEROS DE CAMPSARED"

Este blog, como indica en la cabecera, originariamente fue creado por un compañero llamado EXPENDEDOR-VENDEDOR el 20 de noviembre de 2008 pero problemas técnicos le impidieron actualizarlo, lo que dio pie a la creación de esta segunda etapa renovada que es la que se abre a continuación.
Como aquel, mantiene la idea de tener una plataforma de comunicación, de reivindicación y sobre todo un medio de expresión para todos los trabajadores de CAMPSARED y de REPSOL, y a la que quedan invitados cualquiera de los trabajadores de EESS sean cuales sean sus marcas.

Bienvenidos todos a este foro de diálogo e información.

Recordar que si visitais esta página por primera vez, para conocer el contenido completo de este blog desde su nacimiento, deberíais comenzar por el antiguo blog pinchando en este enlace:

'www.campsaredsprint.blogspot.com'





1 de abril de 2013

MUERTE A LOS SINDICATOS

Como últimamente los sindicatos no tienen muy buena prensa, voy a echarles un cable, recogiendo aquí este comentario de Iñaki Gabilondo publicado el viernes 4 de enero de 2013, por S.P.V. Sevilla.

Decir, que con todo, no cabe sino una respuesta clara y directa de los mismos sindicatos, y como dice otro artículo de Joaquim González Muntadas con frases como éstas: "Los sindicatos tienen que hacer un esfuerzo muy especial para aclarar a quienes las últimas noticias pueden haber producido preocupación o incluso decepción [...]. Deben explicar su trabajo con la cabeza bien alta, deben explicar que cuando intervienen en los expedientes de crisis de una empresa, han cobrado, cobran y seguirán cobrando por los servicios y el trabajo que prestan sus abogados, sus economistas, sus técnicos, sus actuarios y sus sindicalistas. Los sindicatos deben hacer un esfuerzo para explicar su función legitima y legal..."

El futuro no vendrá sino a clarificar la función de estos mediante leyes de transparencia que apoyo y al mismo tiempo exijo, y que redundarán en la credibilidad de su trabajo. Mientras tanto, os dejo con este artículo que también podeis escuchar en el enlace del final

Muerte a los sindicatos

viernes, 4 de enero de 2013 
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Nueva moda. Rajar de los sindicalistas. Algo fácil y barato, por cierto. Lo llevan en la solapa ciertos políticos, lanzando mensajes subliminales sobre su actual falta de utilidad para los trabajadores, politización, corrupción, derroche económico… Resulta curioso: Los mismos que alientan al escarnio público, suelen lanzar piedras cargadas por sus propias mezquindades. Además, la destrucción del sindicalismo hace mucho más fácil la labor de los gobernantes, sin movilizaciones ni huelgas, especialmente la de quienes dirigen tras la cortina. Qué bien estaríamos si no existieran los sindicatos, piensan algunos. El problema es que esa frase por la que suspiran los gobernantes “Qué bien estaríamos sin sindicatos” empieza a calar entre la gente de a pie, con un discurso cargado de improperios, gritos, oportunismo, mala leche y, sobre todo, un enorme vacío de argumentos que se resume en: “Para lo que hacen, mejor que no hagan nada”, “Por mi los echaba a todos y los ponía a trabajar”, “Están vendidos, no se mueven, no están con los trabajadores”… Luego terminan reservándote para el final el placer de oír la raída historia de: “Conozco a uno que está de liberado sindical…”.

Confesar ser liberado sindical, en estos tiempos que corren, es un auténtico pecado capital. Mejor inventar cualquier otra cosa antes de que te descubran. Te pueden acechar en cualquier esquina, a cualquier hora: sacando dinero, haciendo la compra, recogiendo a tus hijos en el colegio… Cualquier lugar y excusa es buena, para utilizar como insulto la palabra “sindicalista”. Se puede ser banquero chupasangre, se puede ser político en cualquiera de sus muchos cargos (concejal, alcalde, o delegado provincial…) y trincar todo lo que se quiera, aceptar sobornos y trajes, realizar chantajes, revender terrenos públicos, recortarle el sueldo a los trabajadores o directamente despedirlos sin indemnización… Se puede, incluso, aumentar el recibo de la luz a los pensionistas hasta asfixiarlos, o salir en fotos besando niños y ancianos mientras los colegios y asilos se caen a trozos, cobrar dos o tres sueldos en tres cargos diferentes, declarar a hacienda que se está arruinado mientras se cobra de mil chanchullos distintos, para que su hijo obtenga la beca que le permita comprarse una moto a costa del Estado. En este maldito país se puede ser lo que se quiera, pero no sindicalista.

Nadie se acuerda ya de la última huelga, aquella en que nadie de la empresa fue, excepto los dos afiliados que perdieron el sueldo de aquel día, para que luego se firmara un acuerdo que les subió el sueldo a todos. Incluso a aquellos que escupieron sobre la huelga. O de Luís, ese hombre que estuvo 30 años cotizando, y que gracias a la pre-jubilación que se consiguió en su momento, puede ahora, con 60 años y despedido de su puesto, tirar para adelante sin necesidad de buscar un trabajo que nadie le ofrecería. Recuerden también a Marta, la chica de 23 años que estuvo aguantando un jefe miserable con aliento a coñac, que le obligaba a hacer más horas extras para tener un momento de intimidad donde poder acosarla mientras le recordaba cuándo le vencía el contrato. Hasta que su mejor amiga la llevó al sindicato y, gracias a una liberada sindical, ahora el tipo ha tenido que indemnizarla hasta por respirar.

Son muchos los que les deben algo a los sindicatos, y a los sindicalistas: El maestro que pudo denunciar al padre que le pegó en la puerta del colegio, los trabajadores que consiguieron que no les echaran de la RENAULT, la chica que pudo exigir el cumplimiento de su baja por maternidad en su supermercado…Porque también fue una liberada sindical la que se puso al teléfono el día en que despidieron a Julia, la chica de la tienda de fotos, y le ayudó a ser indemnizada como estipulan los convenios; y aquel otro joven que movió cielo y tierra para arreglarle los papeles al abuelo para procurarle una paga medio-decente, porque los usureros de hace 30 años no lo aseguraban en ningún trabajo. Para qué recordar las horas al teléfono escuchando con paciencia a cientos de opositores a los que no aprobaron, gritando e insultado porque en el examen no les contaron 2 décimas en la pregunta 4. O el otro compañero sindicalista, el que denunció a la constructora que se negaba a indemnizar a la viuda de su amigo Manuel, que trabajaba sin casco. Ya nadie se acuerda de dónde salieron sus vacaciones, los aumentos de sueldo que se fueron consensuando, el derecho a una indemnización por despido, a una baja por enfermedad, o a un permiso por asuntos propios.

Esta sociedad del consumo, prefiere tirar un saco de manzanas porque una o dos están picadas, por muy sanas que estén el resto. Los precedentes televisivos: entrenadores de fútbol, famosos de la exclusiva en revistas, y demás subproductos, se convierten en clinex de usar y tirar dependiendo de las modas… Ahora, en un momento en que los trabajadores deben estar más juntos, arropados y combatientes contra quienes realmente les explotan, aparecen grietas prefabricadas en los despachos de los altos ejecutivos, ávidos de hincar más el diente en el rendimiento de la clase trabajadora.
¿Quién tirará la primera piedra?. ¿Serán los políticos gobernantes, o los banqueros quienes hablarán de dejadez o vagancia?. ¿Tendrán capacidad moral los jueces o los periodistas, de hablar de corrupción en las demás profesiones?. ¿Serán más idóneos para iniciar lapidaciones, los super-empresarios del ladrillo?. ¿En qué profesión se puede jurar que no existen vagos, corruptos, peseteros, o ladrones?. ¿Preguntamos mejor entre la Iglesia o la Monarquía…?.

Pero qué fácil resulta rajar en este país. Siembra la duda, y obtendrás fanatismo barato. Qué bien asfaltado les estamos dejando el camino a quienes realmente nos explotan cada día. ¡Acabemos con los sindicatos!. Sí. Dejemos que la patronal y los bancos regulen los horarios, las pensiones, los sueldos, las condiciones laborales y los costes del despido. Verán cómo nos va a ir con la reforma del mercado laboral, cuando los sindicatos dejen de existir y no puedan convocarse huelgas ni manifestaciones. Verán qué contentos se pondrán algunos cuando sepan que ya no estarán obligados a pagar las flores de los centenares de trabajadores que mueren todos los años, a costa de sus mezquindades.


Accede al video con el comentario original de Iñaki Gabilondo AQUÍ

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ABRIL 2013, comentarios

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DURO CON EL BENCH

El benchmarking es un anglicismo que, en las ciencias de la administración de empresas, puede definirse como un proceso sistemático y continuo para evaluar comparativamente los productos, servicios y procesos de trabajo en organizaciones. Consiste en tomar "comparadores" o benchmarks a aquellos productos, servicios y procesos de trabajo que pertenezcan a organizaciones que evidencien las mejores prácticas sobre el área de interés, con el propósito de transferir el conocimiento de las mejores prácticas y su aplicación (wikipedia).

20 de marzo de 2013

¿DONDE ESTAN LAS LLAVES?



Todas las estaciones tienen un sitio similar y secreto, una cajita no muy grande, nada bonita,
pero con yacimientos de civilizaciones anteriores, un reducto lleno de recuerdos y restos de otras generaciones de empleados.  Ese lugar no es otro que la apreciada caja de las llaves, un universo de objetos entrañables, un tesoro de hallazgos arqueológicos sobre el origen y los inicios de la gasolinera antes de la llegada de los técnicos de merchandising y de los mandos a distancia.

Allí puede encontrarse cualquier cosa, más extraña cuanto mayor es el tamaño de la caja, desde el carné de un hombre de la Mancha, de cuyo nombre no puedo ni acordarme y eso que siempre ha estado allí, hasta piedras lunares, bichos muertos, tizas de colores y una chapa que la Maricastaña guardó cuando era expendedora. Basta una noche de tedio galopante, para adentrarnos en el apasionante mundo del cajón de las llaves. El comienzo de todo. El verdadero 'monolito' de nuestras estaciones.

Esa noche andaba con sueño, y decidí ponerme un rato a hurgar en esa caja, injustamente ensombrecida por el  'cajón de sastre' o caja de costura que tienen los modistos, que debe ser otro batiburrillo de cuidado para que pueda haberle arrebatado la fama a nuestra caja de reliquias.

Dicho y hecho. Comencé a remover esa ensalada de elementos variados, y pude descubrir entre otras cosas, unos clips de colores, boquillas para inflar, tapones de las ruedas, chinchetas, fundas portamonedas inservibles ¿de pesetas?, bolígrafos sin funda, tornillos, grapas, y hasta un chicle caducado desde el... ¡2006!, casi como esos preservativos que se quedan traspapelados en el cajón de la mesilla y cuando los descubres tienen ya diez años por lo menos, y te da lástima tirarlos por que te retrotraen a otros momentos del pasado, a algún recuerdo, a ¿otra persona...? Será mejor tirarlos.

Volviendo a nuestra caja de sorpresas.  Entre la pelusilla y los clips aparecen también varios botones ¿de bragueta?, una pastilla blanca, otra amarilla, unas gomillas, un muelle, y hasta ¡joder! un diente ¿Será del ratón Pérez no fuera aquello en algún tiempo su almacén?

Siguiendo con la limpia me tropiezo con un tapón de coche, otro de Wynns ¡Que tiempos!, una tirita, un lapiz roto, anillas, anillitas, etiquetas, etiquetitas, alguna goma de borrar, dos clemas, una pila inservible, un abrecartas, dos pegatinas de Repsol, un dado de madera y goma arábiga (no se si está extinguida) que dará muestra de la importancia y antiguedad del yacimiento.

Pero lo que siempre se encuentra sin excepción dentro de una buena caja de llaves que se precie, es un juego, o dos, o tres, a veces más, de las que nadie sabe de donde son, que es lo que abren y desde cuando están allí.

Las llaves son como las medicinas, se asocian a otros elementos similares y forman una gran colonia, con el tiempo desordenada, donde algunas son útiles, otras desconocidas, y la mitad no sirven para nada, pero es difícil discernir, y con las llaves aún peor, por que no tienen fecha de caducidad, ni identificación posible con lo cual se entremezclan y confunden, y tienen llavecitas con otras llaves macho o hembra, formando unos llaveros numerosos y multiples, aumentando ilimitadamente el grupo.
Entonces no queda más remedio que plantearse una limpia.

Y en éstas me sitúo, desgranando como un portero de garito, cuales van a pasar y cuales quedarán pendientes, bien en alguna de esas fosas comunes que se disponen para las llaves que todos desconocen pero nos resistimos a tirar, no vaya a ser que sean las del apartamento de la playa, o las de aquella puerta que no se abre jamás, o por que no, las que nos dejó en prenda una clienta de su casa, y que guardamos por si vuelve a pedirlas algún día.

La otra opción será la de pasar el corte.  Nada del otro mundo, una cajita nueva de Kit-kat libre de polvo y arenilla, donde entrarán las indultadas esmeradamente reetiquetadas por nosotros con esos plastiquitos de colores que lo mismo nos sirven para identificarlas, que para colgarlas en Navidad de nuestro arbol, como si fueran un adorno original y muy bricomaniaco para tiempos de crisis.

Con los años esas llaves se aparearán y llenarán aquello de otras llaves "ni-ni", sin oficio ni beneficio, que nos obligarán a nuevas cribas.

En la vida, también todos pasamos de una caja a otra, nos ponen etiquetas, nos las quitan, nos cruzamos con otras llaves con las que haremos más o menos juego, compartiremos una o varias cajas, y al final, inservibles nos tirarán a la basura sustituyéndonos por una llave nueva o por un mando.

Nuestros jefes son llaves-mando, se aprietan y saltan órdenes de cierre o venta, nosotros nos giramos en la dirección que nos dicen, luego volvemos a nuestras cajas de cartón donde todos nos manosean, el estado,  los bancos, las empresas...  Las llaves son metálicas, nosotros no, y nos duele que nos manejen a capricho, pero la vida para todos, llaves y personas, es un vaivén continuo de puertas abiertas y cerradas, en donde trabajar tendría que ser más un derecho que un objetivo. Esa puerta tendría que estar abierta sin problemas, ni corrientes de aire, demostrando la utilidad de nuestras vidas.

Por cierto, son las seis.  Ahí viene ya el relevo.  Tengo que apresurarme a hacer las cuentas para poder irme a dormir.  ¡Joder! ¿Y las llaves de mi coche?

11 de marzo de 2013

VUELTAS DE TUERCA

Por Expendedor_vendedor

Hay algo en todo esto que me parece vergonzoso. Hablo de trabajar más apurados cada vez. Está claro que esto son vacas flacas, una crisis que está hundiendo las ventas, y hay que hacer lo imposible y vender mucho, para mantener los niveles de otros años. Eso lo entiende hasta un niño de cinco años, vale, hasta aquí totalmente de acuerdo. Lo que no se puede consentir es que nos pidan más esfuerzo, nos pongan más quehaceres,  pretendan que seamos más laboriosos, y todo eso sin personal, con la mitad o con tres cuartos, me da igual, pero no el suficiente para cumplir con suficiencia. Está claro que a mi me da lo mismo limpiar, que descargar una cuba, o ponerme a vender, pero lo que no se puede es pretender que lo hagamos todo a la vez, ¿O es que somos súper-expendedores?.

En esta cartera hay muchas estaciones en las que hay solo uno por turno, y ¡¡no podemos más!!. Luego te dicen, o te exigen más bien, cuando vas a cursillos que estés alerta con los proveedores y controlando la descarga de la cisterna y... ¡Ja!, ¿como? si tengo que estar cobrando, y pendiente de que no se me vaya nadie sin pagar, ni me robe en la tienda, Y es que somos ¡¡Uno por turno!!.  Y luego piensas, vale, estamos uno por turno, han reducido personal y así las estaciones ganan más, aunque yo vaya de culo y esté siempre hasta el cuello, pero por lo menos nos llevamos todos los meses 150 € al bolsillo que no teníamos antes. Ah no, no, encima de que te quitan ayuda y mano de obra, lo que hacen es darte media vuelta más al tornillo, para ver si revientas.

Y es que hay dias que de verdad se hacen insoportables. Para colmo de males, que no tengas algún problema de cualquier índole con un cliente; es que no puedes ni explicarle las cosas, ni resolver absolutamente nada, porque tienes que estar en caja.

Por otra parte necesitas tiempo para vender los productos, no basta con ofrecerlos, tienes que explicar lo buenos que son, y hacer justo lo que ellos quieren: Venta activa, pero si tienes a tres clientes detrás mirándote con cara de perro, y con razón, no puedes explayarte mucho, no puedes dedicarle el tiempo que haría falta, el necesario para prestar un buen servicio y una atención correcta, y además conseguir los resultados. A no ser que tengas un compañero que vaya cobrando en otra caja no se puede. Es totalmente incongruente. En nuestra estación ya nos han dicho los mismos clientes, que es abusivo lo que están haciendo con nosotros. Ha bajado notablemente la calidad del servicio y el mantenimiento de la estación. Pero bueno señores, ellos solo ven números, gráficas, largas listas de cifras que no cuadran con lo presupuestado.

En tiempo de crisis Campsared apuesta por vender, por tratar de llegar a unos objetivos que no son posibles, aunque se sacrifiquen la calidad en el servicio y el mantenimiento de las instalaciones, que son parte fundamental de una buena imagen y en consecuencia uno de los mejores reclamos que tienen nuestras estaciones. Parece que en vez de estudiar nuevas formas de negocio y de fidelización de los clientes, están pergeñando como quemar al personal para que pidamos la cuenta y nos vayamos, a ver si así contratan mano de obra barata y obediente.
En vez de incentivarnos nos maltratan. En fin, no lo se, no lo entiendo. Bueno, hoy he tenido un dia un poquito alterado, ¿Se nota verdad?.  Mientras tanto, si queremos cumplir a rajatabla, compañeros, tendremos que pedir como nuevo suplemento del uniforme unos patines (o barra libre de Red Bull) para aguantar como liebres todo el día.
Saludos

Publicado por Expendedor_vendedor el 12 de febrero de 2010 12:47 - Adaptado por Anksunamun

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