BUENOS Y MALOS

Es un bosque espinoso donde me estoy metiendo, ya lo sé. Este país está hirviendo, y no por el calor, que se ha alargado más que nunca, sino por que las cosas no están como debieran, ni son del gusto de la gente, de la que yo me cruzo por la calle o en la gasolinera, a la que escucho y veo indignarse por las bravas, mucho más que si fueran un grupo boixos nois puestos de anfetaminas.

Y no me refiero al 'club de fans' del 15-M, que han tocado en más plazas que la 'Orquesta Platería', sino a la indignación de los que no se manifiestan, esa que rumias frente al espejo mientras te cepillas los dientes, o que te llevas a la cama como si fuera un cuento que te cuentas antes de dormirte.
Los políticos no convencen a nadie, la gente rabia por la crisis, y todo el mundo mira hacia ambos lados buscando algún culpable. Todos están que arden, no hace falta acercarles un mechero para que salten encendidos de ira criticando a diestro y a siniestro - textual -,  se critica a la izquierda, a la derecha, a los sindicatos, a los políticos, a la iglesia, se reprende a los jueces, a los que juzgan a los jueces, a los jurados, a los reos, a los que son de fuera, a los de dentro, a los que venden coches, a los que venden casas, a los que no quieren venderlas, hasta los buenos chicos de la JMJ se llevaron su cuota de reproches, y eso que estaban bajo el 'patrocinio' de Dios.

Y es que todos están en boca de todos, da lo mismo que seas gasolinero, que estudiante, perroflauta, vendedor de la once o funcionario del ayuntamiento, siempre hay alguien que te critica por hacer -da lo mismo- lo que sea. Se reprocha a los bancos por su cicatería, se reprocha a los bancos por su pasada esplendidez, los políticos son todos censurados vistan de azul, de rojo, o con traje de luces, el país entero está lleno de culpables que se miran unos a otros con fastidio mostrándose los dientes, y cuando no se quiere discutir, te mean las opiniones, y cuando vas a coger una, está impregnada e inservible y debes coger otra más chillona que acalle a las demás.

Tomas la prensa y huele a 'orín' que tira para atrás, cuesta encontrar una noticia positiva, y si aparece, viene nacida de algún desastre natural o financiero y se asoma como un gusanillo que dijera ¿Que hago yo aquí?

Buenos y malos (Campsared Blog)

Pones la tele (perdón por mi opinión) y es toda intransigente y sectaria. La 10, La 7, Intereconomía, Metropólitan, Veo, y hasta las autonómicas tienen un tufo sospechoso, y es extraño, por que en la calle, todo el mundo maneja planteamientos  de desarrollo y soluciones progresistas.  Hasta los de derechas tienen una agenda social que te conmueve y hace considerar si tal vez tu, que te preocupas poco por el mundo, no serás un cabrón como los que tienen estatuas.
Sin embargo, cuesta encontrar en nuestras 'teles planas del futuro' opiniones que no sean del pasado, moderación e imparcialidad, ¿Donde ha quedado el periodismo independiente que había de hacernos libres?

La prensa tiene más colores, pero tres cuartos de lo mismo, si cae un meteorito sobre la Catedral de Burgos, unos dirán que es culpa del gobierno, y otros que de la oposición, si alguno opina algo distinto, le tacharán de antisistema y le dirán que acampe en los Monegros donde más fácilmente pueda partirle un rayo cuando truene.

Hay heridas que no se cierran, aunque la mayoría nunca las sufriéramos.  Tal vez Franco tuviera rabo y un tridente, yo no sé, sólo lo pude ver alguna vez cuando había Nodo y España estaba en blanco y negro, no pude distinguir o no me acuerdo,  pero han pasado tantos años, tantas cosas, que remover estatuas o placas de las calles no hace sino levantar polvo que se mete en los ojos, y que nos encabrita por si del polvo vienen lodos, y estos son de derechas o de izquierdas.

Crisis económica (Campsared Blog)

El panorama está lleno de malos, los buenos campan por su ausencia, son florecillas discordantes nacidas en medio de un zarzal. La gente no tiene trabajo, los que lo tienen van prendidos con alfileres y como se descuiden se vuelan y lo pierden. España ha entrado en caída libre y unos echan a otros la culpa, y el run run acongoja, por que suena a naufragio -algo así debieron de sentir los pasajeros del Titanic, ruido y gente que grita-, mientras el FMI pone la música con su estridencia de violines y todos asustados vamos con nuestro salvavidas puesto hace unos años, de modo que es imposible moverse, y mucho menos el dinero, que necesita espacio libre y aire que lo mueva.

España está crispada, la crisis, que llegó no se cuando, ni se por donde ni por qué, se ha instalado sobre nuestras cabezas como si fuera un nubarrón bien grande que no nos deja andar tranquilos, unos por que no se fían, los otros por que no tienen paraguas, los que lo tienen temen que se les rompa, los que no saben donde ir por que ven que no va nadie a ningún lado, los que señalan a los otros por que la nube es suya, los que por culpa de este asunto se quedan sin salir, en fin, que ¿donde está el final del túnel?, si la banca no suelta prenda no se invierte, y entonces no se gana y no puedes gastar.  Si tu no gastas, ni el vecino, no ganan los bancos, y por eso no quieren soltar prenda. Parece un trabalenguas, o una adivinanza, o un chiste.  Lástima que no lo sea.

Ahora llegan las elecciones, nuestros políticos nos venderán entradas para la resurrección de los muertos y otros milagros de índole económica.  En un decir amén, van a cambiar las cosas, y el movimiento destructivo de nuestra economía va a transformarse en una fábrica de chocolate, en un panal de rica miel, porque todos ellos guardaban recetas milagrosas debajo del colchón a la espera de que llegara este momento. Los políticos tampoco son los 'buenos', solamente se visten como si fuera carnaval y muestran sus enaguas de colores, las sonrisas postizas y la pollera colorá para que nos sintamos hechizados, les votemos y no nos demos cuenta que tras el 20-N volverán las oscuras golondrinas a llenarnos las tapias de cagadas, a recordarnos que todos somos malos, unos por que no vendemos, otros por que no compran, el resto por que no lo mueven, y otros pocos (los políticos) por que se la menean y no saben arreglar este estropicio.

Malos y cabreados (Campsared Blog)