Eu quero falar vostede para explicaros un poco por encima todo este asunto que se habló el mes pasado y que aún colea, de la gasolinera y el ministro, para que os quede claro que los gallegos, al menos los de a pie non somos mentirosos ni tenemos más líos que los que cualquier otro paisano. Perdón si mezclo a linguaxe.
Eu traballo aquí. Antes de hacerse público que Pepiño Blanco estuvo allí reunido con el empresario Dorribo, ya hubo bastantes cargos públicos, y constructores y moitos empresarios galegos, gente de postín, -alguno estuvo hasta en el Pazo de Meirás (ustedes ya me entienden)-, que venían a xuntar-se en la cafetería, el aparcamiento y hasta en los baños, ¡Y todos no serían maricones, digo yo!
Miren ustedes, como sabrán, y si no, aquí estoy yo para dicir, los inviernos en Galicia son largos y chuvosos, hay meses que no levanta el cielo, y a todas horas cae agua, ya sea con forma de aguacero, o suavemente, lo que aquí llamamos orballo, que te acaba calando igual, si andas cuberto ou descuberto, non importa.
Viviendo nestas terras, dejando aparte el campo y el cuidado de los animales, solo nos queda la jodienda, los bares y el xogo, y hasta ese punto quería llegar. Espero me siguieran.
La gasolinera de Guitiriz se encuentra en la autovía, a ocho kilómetros del pueblo, pero tiene un buen restaurante, sin ningún lujo, pero se come un polbo a feira de cuidao, y los callos con garbanzos ni os cuento, y si la Herminia, su muller se pone a ello, te face unas filloas que son de vicio. Y los domingos, de marqués, la semana pasada sin ir más lejos nos comimos un rodaballo a la gallega que aún me chupo los dedos tratando de sacarles sustancia de cuando mojé el pan.
Es por eso que aquí acuden políticos hasta desde Madrid. Aquí estuvo Correa, y hasta Camps vino una vez desde Valencia (convidado eso sí), y 'Cachuli', y Jesús Gil venía mucho, y Luis Roldán, y Juan Antonio Roca todos los fines de semana. También Maite Zaldibar; mucha gente importante, persoas ricas.
Pueden ustedes verlos... (¿Van a hacer fotos?) en las paredes del local, junto a toreros y futbolistas.
Los marcados con una cruz son los políticos que ya no vienen por aquí.
(¿?) (Al ver mi cara de extrañeza me explicó: "Es que están en la cárcel" -se reía- "Son muchos, ya lo sé. Será casualidad..." - seguía riendo).
Mire usted, en los negocios hay que renovarse, y con el paro, ya se sabe, menos gasoleo que vender, así que el jefe, una bellísima persona (No le diga lo del dedo corazón), decidió enfocar el negocio hacia los políticos, que nunca tienen crisis, y los empresarios, que mal que bien, siempre manejan, así que, nesta gasolinera solo tienen descuento persoas con cargo de prestigio, y propietarios que teñen la tarjeta 'Galicia Club Platino', que garantiza cuartos sen problemas. Esta gente es muy suya, mira mucho o diñeiro (Mi sueldo mismamente es una mierda, pero esto no lo diga), solo se gastan en lo que puedan desgravar, y en "Casa Xurxo" todo va facturado, y en el concepto que ellos quieran, como tiene que ser, el cliente es el que manda.
Uno muy conocido del P..., bueno, de un partido importante, se trajinó a una fulana en el lavabo, y se lo facturaron como comida de trabajo. Aquí cumplimos todos escrupulosamente con hacienda. Gente legal.
Dentro de la inversión que hizo mi jefe, donde antes estaban las duchas de camioneros, hizo una sala para xogo, donde montan sus timbas los paisanos, además de unos pequeños reservados donde los empresarios juegan al Monopoly -por lo menos en los últimos años-, nada malo.
No es que los viera con frecuencia, pero unas cuantas veces que fui a llevarles sandwiches o unos cafés de madrugada, cando cerraba el bar, y les dejaba las napolitanas y el orujo, allí estaban ellos, jugando muy formales.
-Eu coloque nun hotel aquí-
-Y yo pongo unos apartamentos en la costa-
Y el otro, -Pues tes que pagar por que el terreno no es urbanizable, eso, o volver al la casilla de salida-
En fin, como nenos, se pasaban las horas jugando, pimba, pumba, montando y desmontando casitas, pagando multas y comisiones, comprando calles y terrenos, sobornando de broma, "Si tu me ayudas yo te ayudo", sanamente, felices como críos, nada de lo que luego han dicho los medios de comunicación (Si me río es por que estoy nervioso, eh).
La misma noche que estuvo aquí Pepiño con el Dorribo ese, estaba yo de turno. Iban con gafas negras, ambos con gabardina, entraron en un coche, mientras los guardaespaldas indo a pelar la pava u otra cosa al burdel que tamén ten meu xefe, detrás de los lavados: "La Almeixa alegre"
La noche era fresquina, muy tranquila, xogaba el 'Depor' por la tele y había poco trabajo, las pilinguis languidecían ante la ausencia de clientes. Se escuchaban perfectamente los grillos y los coches pasando alguna vez. Quería sacarle un autógrafo a Pepiño (tengo un primo del PSG que se pirria por esas cosas), así que anduve por allí, disimulando, medio escondido entre las sombras.
Estuvieron sentados en el coche, comiendo pipas un buen rato, apenas sin hablar, mirándose a los ojos. Rompió el silencio Blanco que le dijo: "Soy creyente" y el empresario respondió: "¿Y por que no me crees?". Eu non quería escoitar máis, los problemas del corazón no me interesan, pero me dio sonrojo romper aquel momento, así que me quedé en silencio, e inmóvil junto al coche, coa esperanza de escapar pronto.
Fue un minuto de quietud imponente.
-¡No puedo... no puedo!, jarrl, eres un fistro duodenal, un pecador de la pradera- Le dijo el uno al otro.
- "¡jooorr!"- Respondio aquel. Luego, nuevos silencios inquietantes, y unos ruiditos que no sabría decir.
Pasado un tiempo se marcharon. Viniéronsé de nuevo los escoltas y se fueron de allí con viento fresco, mientras se abrochaban las braguetas.
Pero antes de marchar sepan que capturé unas frases con el micrófono del móvil que irán conmigo hasta la tumba. Eu non podo dicir máis. Y voy a contároslo por que me caeis bien, y por los 300 € que me habeis pagado (esto no lo pongais), que soy galego pero no tonto. Mejor escuchais lo que falaron dentro do coche. Fala el ministro, aunque no lo parezca:
- ¿Que? -
- Pues depende...- Volvió a reír.
PD.: Perdón por las cagadas lingüísticas.
Excelente entrada, lo he disfrutado de cabo a rabo. Magnífico.
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