Yo hace poco fui nombrado caballero de la orden del porrón, supongo que será algo así; me invistieron con una vara de avellano y me animaron a que bebiera sin respirar, con gallardía, y demostrara nobleza en el beber. Hacer sindicalismo debe consistir también en tragarte tus propias convicciones y las de los demás en pro de la causa partidista. El ejemplo más claro lo tenemos en los políticos, capaces de soltar declaraciones insensatas, y a la vuelta de las siguientes elecciones, donde dije digo, digo Diego.
Siempre he pensado que un sindicalista era un ser de elevados ideales, investido de una honorabilidad y unos principios éticos sublimes, como los de un misionero, como los de un médico de campaña, gente que ponía por delante su corazón antes que la estrategia económica. En la actualidad no lo tengo muy claro, tras los escándalos de los eres andaluces, o lo del minero asturiano que se hizo ríco ocultamente, la verdad es te que quitan la venda de los ojos de un bofetón, y descubres que no todo el campo es orégano.
En realidad un sindicalista es como un médico, se le llama para cuando vienen mal dadas, y se espera de él una curación en especie. A un sindicalista no se le avisa cuando todo va bien, sino cuando tenemos un problema laboral y esperamos que nos lo solucione, suele ser el último recurso, como quien enciende una vela a un santo. En asuntos desesperados, hay quien sacrifica un pollo o quien, más práctico, recurre a un sindicalista.
Se espera de ellos el milagro final, no vale que se les muera el paciente por que estuviera grave; o le salvan o son unos vendidos, la capacitación se les supone, y solo se esperan resultados positivos por su parte, por eso, al final reciben más críticas que aplausos, por que, como he dicho otras veces, nunca llegan a sacrificarse a lo bonzo por nosotros, se limitan a negociar, y eso, cuando te juegas el futuro, siempre te parece una miseria.
Pero lo disimulan bien, con elegancia, hasta que ven peligrar su propia silla, entonces se encienden las alarmas y conectan la máquina de propaganda sindical, que es como la máquina de hacer política, que produce ristras de mentiras con forma de verdad, verdades a medias, y proclama los éxitos en negrita y mayúscula para que a nadie les pasen inadvertidos.
Cuando se acercan elecciones es cuando más se aprecian estos efectos, y es cuando dudas más de si ese cargo se debe al interés o a la vocación. Últimamente he visto varios hechos extraños, caras nuevas salidas de la nada, osea, que no estaban ahí, ni siquiera a la cola esperando plaza, que se han saltado el orden y han entrado en el equipo titular sin respetar la suplencia. El más destacado de todos fue Carlos García Cómas, exsecretario general de UGT en Campsared, que de la noche a la mañana consiguió colocarse de titular en otro equipo como los buenos delanteros que llegan al mercado en invierno, sin entrenar apenas, como Fernando Torres, jugando a los dos días, arrebatando el puesto a otro, que seguramente también lo merecía.
Esto no es una crítica concreta contra nadie, solo un ejemplo, por que seguramente Carlos es un goleador sindical que se merece un hueco en cualquier sitio.
Es frecuente que personas con inquietudes cambien de partido o sindicato. Eso no significa que cambien de ideas, sino que buscan espacio en donde progresar. Lo de los trabajadores es otra cosa, muchos saltan de sindicato en sindicato buscando la ambrosía sindical, y como nunca la acaban de encontrar brincan eternamente como las ranas de un estanque.
Nunca entenderíamos que un hincha del Barça se hiciera del Madrid o viceversa, o que abandonara su afición por el fútbol, pero en temas políticos, esas lineas de división están difusas, y en cuanto de te descuidas tienes un pie en el otro bando, o te sacan de la partida.
Todas estas singularidades me han refrenado a la hora de echarme en brazos de cualquier sindicato o partido, sabiendo que en todos se cometen errores, que en todos se forjan intereses y que se producen injusticias, y que en todos los casos, hay que disimularlas, estructurar una declaración creíble y exhibir la sonrisa de selfi. No me siento capaz de alcanzar la excelencia que requieren mis compañeros en apuros, y mucho menos devolverles un argumento acartonado con aroma a rancio pretexto. Siempre pienso si estaría a la altura, si colmaría sus pretensiones, si satisfaría sus dudas, si solucionaría sus problemas, y sobre todo, si acabaría acomodándome en el puesto en perjuicio de todos ellos, y a costa de ellos como un falso profeta. A estas alturas de la vida, no se si sería capaz de acatar la disciplina de una formación a sabiendas de que en algún caso hago mal o de que no he hecho todo lo posible.
Cuando me llegan opiniones como la de la excompañera SAM, por ejemplo, me atormenta la idea de que no se hayan apurado todas las vías de solución, antes de dar con sus huesos en la calle. No sé si podría soportar una injusticia desnuda frente a mi con toda la crudeza. La duda me consterna.
Esta semana recibimos una misiva de una compañera a la que no conozco, o no recuerdo conocer, o tal vez he olvidado, pero sabía su nombre, y este estaba unido al de un sindicato. No sé si lo hizo bien, muy bien o regular en su trabajo, pero aunque todo fue bonito mientras duró, el final, ha caído como una bomba. Cuando un representante pierde la confianza de su partido, aún es peor que cuando pierde la confianza de sus votantes, pues los sindicalistas igual. La ruptura es un cisma en toda regla, y como en las parejas siempre hay dos visiones antagónicas absolutamente razonables. En muchos casos saltan chispas por que para romper lo que estuvo fuertemente unido, aunque parezca que se resquebraja, hace falta un severo golpe que evidencie la desunión.
Amelia Trillo, se despide de todos con una amarga carta que como he dicho muestra su visión sobre este desamor sindical, los que la conocen podrán juzgar si es justo o no. En cualquier caso, donde un sindicalista llora, hay otro que estrena cargo con ilusión.
Madrid- 6 de enero del 2015
La presente es una pequeña explicación de mi trabajo en Ugt de forma directa desde julio del 2010 como miembro de la Sección Sindical Estatal de CAMPSA red, ostentando el cargo de Secretaria de Administración, hasta 4 de febrero del 2013, cuando fui revocada de mi cargo por cuatro miembros de dicha ejecutiva sin saber muy bien los motivos para ello, tan solo una explicación en una comida posterior a los hechos, con el actual Secretario General, según el cual:
"Era un daño colateral de la situación que se había creado tras una serie de circunstancias y que por ser mujer de carácter y no ceder ante ciertas cosas haciendo la vista gorda, me había creado muchos enemigos, que esta sección sindical y el sindicato en su conjunto, solo quiere mujeres calladitas, que sonrían y obedezcan"
Por lo que, desde la fecha en cuestión, mi trabajo paso a realizarlo en la Federación de FITAG- UGT Madrid y tras casi dos años de trabajo en ésta, el día 3 de diciembre se presentaron en la Federación parte de dicha ejecutiva con compañeros de la ejecutiva de Madrid y una liberada de Guadalajara, para dar carta de termino de horas sindicales, cosa que me halaga, pues soy tan importante que seis personas se presentan para darme dicha notificación y por otra e demuestra que el apodo que recibe mi Secretario General, le honra y se lo merece, pues no se atreve a venir solo a comunicarme dicha decisión, necesita escolta y por supuesto acompañado de quien verdaderamente sabe todo el mundo que dirige a la Sección Sindical y al que tiene que obedecer sin rechistar.
Que con fecha 5 de enero del 2015 me incorpore de nuevo al trabajo activo en mi empresa sin arrepentimiento sobre las decisiones tomadas en su momento, que volvería hacer todo lo que hice, que no tengo ningún miedo de volver a mi puesto, pues cumplo con mi trabajo esté donde esté, porque eso, el hacer bien mi trabajo, es lo que me ha creado enemigos dentro de UGT. Que no he suplicado un cambio de decisión de dicha ejecutiva, ni he pedido ayuda al Secretario General de Federación Estatal de Fitag-Ugt, ni al Secretario General de La Coordinadora del grupo, pues no soy persona que se humille ante nadie y menos que se comporte de forma tan vil y rastrera, llorando y suplicando, como en una ocasión vi en una compañera componente de la actual Sección Sindical Estatal.
Sirva también para dejar claro que el acuerdo al cual se llegó antes del congreso extraordinario del 26 de febrero del 2013, en el cual se dijo que quedaba a disposición y servicio de la Federación de Fitag-Ugt de Madrid a cambio de mi silencio y de no airear cuestiones internas, ha sido roto por parte contraria y ya no estoy sujeta a ningún pacto de silencio, dejando constancia de mi honor y lealtad a una palabra dada, hasta la fecha, no como otros.
Vaya mi agradecimiento a:
1º/ Al actual Secretario General de la Sección Sindical Estatal de CAMPSA red, en UGT, pues de él he aprendido a diferenciar a los amigos de los enemigos, a los cobardes de los hombres que lo son de verdad, pues me aseguro que dentro de esta sección sindical y del sindicato UGT no hay amigos y solo se mira por mantenerse en el asiento, que lo demás no importa. Su lucha no es por el trabajador es solo por la permanencia, todo lo que un ser sin honor y sin principios tiene como referente. Que todo lo que contaba y nombres que decía de las personas que le habían obligado a hacer lo que hizo, (los entes, como los llamaba él hasta que dio sus nombres) y por lo que se lo pidieron era verdad: el dinero. Que aquí no gustan los cambios, ni las personas inteligentes ni trabajadoras que aportan cosas nuevas, que gusta seguir como siempre viviendo a costa de la situación, tomando esto como una forma de vida, que todos están para subsistir.
2º/ Al Secretario General de la Coordinadora, porque me ha demostrado que trata por igual a todas las compañeras, que le hacen la pelota (¡clarol); por eso por mí no ha hablado con la empresa para que las horas salgan de ...
3º/ Al Secretario General de la Federación Estatal, ya que al no recibir ni una llamada por su parte, me ha demostrado y confirmado con su silencio, que lo que se dice y comenta por ahí, es verdad, todo era por el dinero de la Sección Sindical de mi empresa y la del resto del grupo, que esto estaba más que planeado. No importa el trabajo bien hecho solo el dinero.
4º/ Al equipo de la Fitag-Ugt Madrid, por el apoyo y ayuda para poder hacer el trabajo que he hecho durante todos estos meses, que hay gente muy trabajadora y eficiente que trabaja por y para todos los compañeros con muy pocos medios.
5º/ Al Secretario General que fue revocado en la misma fecha que yo, pues de él aprendí lo que es el trabajo, dignidad, honor, lealtad, amistad y sobretodo el compañerismo al margen de las siglas.
Por último y como despedida, agradecer todo lo que he visto, oído y aprendido de esta organización, ya que seguro, bueno, segurísimo, me va a servir de mucho en un futuro no muy lejano. Vuelvo a trabajar para quien se lo merece, mi empresa, después de conocer el lado oscuro del sindicato.
Recibir un cariñoso y afectuoso saludo
Amelia Trillo
En este texto donde dice UGT puede ponerse cualquier otra sigla política o sindical.
ResponderEliminarLo triste es que siempre ganan los malos que echan a la calle a los buenos.
Hola de nuevo. Tengo una dudaP hoy he ido al inem para renovar la ayuda, y yo termine el 31, pero me han dicho que el dia 1 lo han puesto de vacaciones.Pregunto queenen que hacerme una nomina del dia 1 de enero??. Por q yo espero cobrarlo todo el dia 20!!!! Aunque todabia no me han llamado para firmar el finiquito ni nada. Espero respuesta. Gracias
ResponderEliminarHola por favor necesiaria una respuesta si me pagaran todo el 20 o.como me han puesto el dia 1 de vacaciones me haran otra nomina solo para el 1. Pero.mi contrato termino el 31. Gracias
ResponderEliminarTodo el 20, ya ye falta poco para cobrar.
EliminarCon respecto al tema inicial de este relato, ya circulan dos escritos más de esta persona dando y aportando datos, y son sensaciones ya vividas por otros miembros que anduvieron por dicho sindicato.
ResponderEliminarLo importante es el trabajador