El respetable oficio de la prostitución conlleva más sinsabores que placeres, la asunción voluntaria de un trabajo jodido como ése, no es una fácil elección, ni trae satisfacciones mas allá de las momentáneas al recibir el pago a su trabajo, que más que otros y como otros, requiere desconectar el corazón y detener los sentimientos para que las nauseas, la rabia y la desesperanza no te aplasten contra la realidad de cada día.
Pues bien, lo de poner la cama siempre se ha considerado un plus de calidad remunerable, un extra, por que entre las herramientas y accesorios que precisan en su labor, el de la cama es el que determina si aquello tiene cierta calidad o es un aquí te pillo aquí te mato de consecuencias peligrosas.
Nuestra empresa, que ya nos 'prostituye' merced a una vaga definición de las tareas de expendedor y de encargado en el convenio: "todas aquellas tareas encaminadas a una adecuada explotación del punto de venta", saca de su chistera de prestidigitador con ínfulas de mandatario bananero, una medida tras otra para acortar, reconducir y dominar la voluntad, los pensamientos y hasta el habla. Sabemos que en horas de trabajo, las palabras son competencia de la empresa, y éstas han de ser cánticos a la mercadotecnia, no se debe gastar saliva en vano.
De unos 'espantapájaros' con la nariz en forma de mazorca, hemos pasado a ser autómatas con vocación de robocops y múltiples aplicaciones. Nos han ido acoplando cometidos (no siempre bien remunerados), directivas, protocolos de actuación y de trabajo, y ahora nos pedirán, arropados por el gobierno -y esos pactos y reformas indignas-, que 'pongamos la cama'. Europa enciende el fuego con su Pacto del Euro, y el gobierno pone la música para que entremos en el baile. Los sindicatos 'nos defienden', si, echan pulsos de fuerza que terminan en amigables y compartidas jarras de cerveza, y otra vez a apretar, más cerveza y más apretones, al final se despiertan en el catre con otro sin saber cómo ni que ha pasado, ni quien pagó la cama ¿Los trabajadores?.
La verborrea de nuestros sindicatos tiene más de sainete para "Enemigos íntimos" de Tele 5, que de auténtica indignación por el recorte de derechos y la perdida de seguridad en el empleo (Voy a tener que unirme al grupo de protesta que vapulea a los sindicatos con estacas y piedras al grito de "vendidos").
Nuestros representantes sindicales negocian entre espejos, como en aquella película de O.Wells, de tal manera que se reflejan y se mezclan, y uno no sabe lo que vota y quien sale ganando. Entre tanto vamos perdiendo los de siempre, nos desahucian del territorio conseguido tras años de campaña (Decía hace poco el ínclito gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, en un ataque de indecencia, que 'los trabajadores obtuvieron excesivas ventajas en las etapas socialistas de los años 80'), retrocedemos como si nos robaran suelo bajo los pies, tanto que caminamos al borde del abismo como trabajadores y como ciudadanos. Nos hemos convertido más que nunca en marionetas, en muñecos de pim pam pum que alguien derriba alegremente para ganarse el oso de peluche. Nunca fuimos tan 'putas' , y ahora tendremos que poner la cama.
En poco tiempo, si consigues comprar una vivienda (¡Atención milagro!), por que tu inmobiliaria, tu banco y el patrón de los casos imposibles San Judas se han unido, consigues tu hipoteca pero no puedes desgravar por ella (La compraventa de viviendas se ha desplomado en mayo, pues claro, ¿Esa medida favorecía a alguien? ¿...?), desaparece el plan prever (Y las ventas de coches se despeñan) y ahora sacan un plan de ayuda urgente para salvar la situación (¿Os acordais del baile de la Yenka?).
Los impuestos no bajan, ni el euribor, ni las multas, ni los parados, pero desaparecen las ayudas, nos deniegan los préstamos, los sueldos siguen tiesos, y las ofertas de trabajo son escasas como los cuatro pelos de la calva de un fraile, si uno es casposo, el otro es triste y lacio. No tenemos expectativas de futuro. La jubilación se prolonga como el suplicio de un moribundo, pero eso si, cobrando menos porque nuestra pensión, si es que logramos alcanzarla, se calculará sobre los últimos 25 años, o tal vez más, desde que conseguimos ese primer trabajo de canguro por horas, o de buzoneador itinerante. El caso es arañar, escurrir nuestras cifras para que sean famélicas, inconcebibles, y que nos tengan siempre con el agua al cuello.
Las empresas (y empresarios) mientras tanto, se han revolucionado, como la población de un hormiguero con un trozo de carne. Se han lanzado al ataque para comernos los derechos y las opciones de protesta, y se mueven deprisa conocedores de cada recoveco y galería de sus cuevas, y nos devoran sin recato, verbigracia "teneis que devolvernos los descuadres", "Teneis que trabajar hasta las doce", "No cobrareis las horas sin los justificantes" "Hay que vender rascas y roscos, y hacer el pino-puente a la hora tal...".
La empresa es nuestro chulo, nos conduce, nos manda, nos amenaza y nos maneja como un curtido proxeneta, regateándonos la ganancia y obligándonos a relaciones sin control y sin límite. Ponemos los condones y la cama, soportamos los entripados, la vergüenza y la rabia; somos más 'putas' cada día.
Ahora el gobierno dicta su ley sobre los enfurruñados sindicatos, que no furiosos ni indignados, un enfado ligero, como si se tratara de una partida al mus con amarracos con forma de personas, y se nos pide que entendamos, que aflojemos las pretensiones, que aguantemos el temporal que los trabajadores no hemos provocado. Nuestros políticos jugaron y perdieron, nuestras empresas y los bancos consintieron con risas mientras atiborraban las carteras y ahora nos piden que entendamos, que comprendamos a nuestros empresarios, que apretemos el culo y que vendamos lo invendible, nuestro cuerpo y el alma si es preciso para salvar la situación.
Y nos lo piden los políticos, "unos economistas 'tan buenos' que no supieron predecir los fallos del sistema financiero ni alertar de los peligros de nuestro modelo productivo, que no han explicado por qué las ayudas al sistema financiero no se han transmitido al sector real, y que simplemente llevan años limitándose a tratar de inculcarnos que todos nuestros problemas se reducen a dos cuestiones clave: las regulaciones del mercado laboral y el excesivamente generoso sistema de protección social. Sin embargo, eluden explicarnos cómo este sistema regulatorio -que, según sugerencia de Fernández Ordóñez, “crea pánico a contratar”- pudo en el pasado reciente generar el mayor crecimiento de empleo de nuestra historia, al tiempo que permitía que el peso de las rentas del trabajo se mantuviera constante a lo largo del tiempo a pesar de que el crecimiento provocó un notable aumento del porcentaje de asalariados en la población ocupada".
No somos los culpables está claro, pero la reforma que regula la negociación colectiva y que aprobaron hace unos días, nos exige ahora poner la cama. Cualquier falta de acuerdo en temas de convenio será resuelta por un arbitro nombrado por... ¿? y de ideología...¿?, dos cuestiones tan importantes que da pavor pensar a quien le tocan y por qué.
Cuantas más veces leo las condiciones más pena y miedo siento por la suerte de los trabajadores en España. Los últimos acuerdos sobre negociación, relegan los derechos y hacen retroceder las condiciones laborales a los años setenta. Con la palabra "flexibilidad", se nos condena a múltiples penurias, se fortalece al empresario, que si ya antes manejaba las cosas con el conocido: "Esto son lentejas...", ahora tendrá herramientas de extorsión fabulosas para amedrentar a los obreros.
En definitiva, retrocedemos los curritos. De un modo u otro pagamos la factura de la clase política, de los empresarios codiciosos y de nuestros pasmados sindicatos. Europa exige austeridad y todas las miradas nos señalan como los escogidos para pagar el pato.
Por la torpeza de unos cuantos, vamos a vivir compungidos y con el culo al aire, y por supuesto, por que lo ha dicho un Real Decreto, poniéndoles la cama para que nos follen a gusto cuando quieran. Y por poco dinero.
ESTACIONES DE SERVICIO REPSOL "Hola compañeros, soy un expendedor como vosotros. Este blog esta creado con el ánimo de que dejéis vuestros comentarios, quejas, opiniones, etc.
COMPAÑEROS DE CAMPSARED
Este blog, como indica en la cabecera, originariamente fue creado por un compañero llamado EXPENDEDOR-VENDEDOR el 20 de noviembre de 2008 pero problemas técnicos le impidieron actualizarlo, lo que dio pie a la creación de esta segunda etapa renovada que es la que se abre a continuación.
Como aquel, mantiene la idea de tener una plataforma de comunicación, de reivindicación y sobre todo un medio de expresión para todos los trabajadores de CAMPSARED y de REPSOL, y a la que quedan invitados cualquiera de los trabajadores de EESS sean cuales sean sus marcas.
Bienvenidos todos a este foro de diálogo e información.
Recordar que si visitais esta página por primera vez, para conocer el contenido completo de este blog desde su nacimiento, deberíais comenzar por el antiguo blog pinchando en este enlace:
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La frase de la foto "nos mean y dice que llueve", la pronunció en catalan el expresidente Jordi Pujol......en un ataque de ira e indignación contra el anterior gobierno del PP.
ResponderEliminarBuena puntualización lo de la frase, no lo sabía. Supongo que el 90 % de las frases alguien las dijo antes alguna vez, pasa como con las canciones, que muchas vienen de versiones antiguas que desconocíamos.
ResponderEliminarConozco una puta.... cathya melean zuñiga, de bolivia, estudia en univalle de cochabamba; es una perra
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