COMPAÑEROS DE CAMPSARED



"Podeis decir lo que pensais de vuestros encargados, de los objetivos, de la venta activa, de los cursos, de Sumando valores, seguridad, promotores del cambio, sindicatos, y todo lo que querais. Hubo en tiempos un blog de un compañero en donde mucha gente dejó sus comentarios, hoy no existe y como alternativa nace CAMPSARED BLOG, para reunir a todos los que somos COMPAÑEROS DE CAMPSARED"

Este blog, como indica en la cabecera, originariamente fue creado por un compañero llamado EXPENDEDOR-VENDEDOR el 20 de noviembre de 2008 pero problemas técnicos le impidieron actualizarlo, lo que dio pie a la creación de esta segunda etapa renovada que es la que se abre a continuación.
Como aquel, mantiene la idea de tener una plataforma de comunicación, de reivindicación y sobre todo un medio de expresión para todos los trabajadores de CAMPSARED y de REPSOL, y a la que quedan invitados cualquiera de los trabajadores de EESS sean cuales sean sus marcas.

Bienvenidos todos a este foro de diálogo e información.

Recordar que si visitais esta página por primera vez, para conocer el contenido completo de este blog desde su nacimiento, deberíais comenzar por el antiguo blog pinchando en este enlace:

'www.campsaredsprint.blogspot.com'





7 de abril de 2012

SUPER SIN PLOMO DE LA BUENA (1ª PARTE)

El que pone los nombres a los carburantes es un tipo genial, no es español sin duda, pero es un tipo singular. Un guiri de esos que enseña el culo por la ventanilla del coche, o que se despelota al límite del coma etílico por las calles de Salou. Ya de universitario destacaba en las fiestas por su manejo alegre del lenguaje, la cantidad de chistes que contaba, y el dominio del botellón ciclón, que gana el que más bebe, lanza pedos y eructa al mismo tiempo, y además suelta memeces sin parar; en eso tenía un máster; él lo llamaba: "El Máster 1000". Vamos,  lo que viene a llamarse un gilipollas de toda la vida.

La selección de un individuo semejante es delicada, y las empresas cuidan mucho este detalle, sobre todo en España. Sólo se contratan foráneos, cuanto más perturbados y exóticos mejor, valen culturetas tarados y listillos con aspecto de perroflauta, aunque los que en verdad gustan y privan son los japoneses o los yanquis, que todo lo que expresan en voz alta suena a explosión atómica en sus labios, a ocurrencia de postín. Y así, cuanto más raro el individuo, más divertido resulta, más novedosas y chocantes parecen sus teorías,  y más auténticas y formidables las paridas, perdón, las ideas.  En Cádiz mismo, un puñado de guiris, ya calentitos, que intentaban cantar rumbas flamencas  (otro grupo de 'Master 1000' seguramente), lo clavaron por los cojones, pero inventaron hace unos años lo que hoy se llama chirigota. Los gaditanos lo cogieron al vuelo, -¡Que gente más rara quillo!, mi'a como cantan-

Cuando el que pone nombres a los carburantes cambia de trabajo, lo hace a lo grande, por que del líquido va al sólido, pasa del carburante a la carcasa, y es contratado por marcas de automóviles. Aquello es el olimpo de los 'master 1000', el sueño de todos los creativos cuando ya están muy pasados de rosca. Ese es su territorio, ahí se lucen, se explayan, vierten su artillería de atributos rebuscados, toda una gama de nombres complicados e impronunciables que vomitan, me imagino que hartos de  güisqui. Son los que ponen los nombres al equipamiento de los coches con palabras del tipo: IQ multidrive, o cambio sensatronic, iluminación bixenon ultragiroadaptative dynamic magneride o el sistema Flexifix, toda esa lista de nombrecitos raros que se inventan mientras se parten el culo de la risa.

Los que destacan en este tipo de bautismos van adquiriendo el consiguiente peso dentro de las empresas, y un día también comienzan a poner nombres a los coches:  CDTi Eco Felex 111, Astra sport Torber,  Olympia Rekord Caravan, etc., es cuando alcanzan por fin su apoteosis, el reconocimiento de sus jefes,  de su familia, de sus padres, es cuando un 'master 1000' entra en la gloria como quien alcanza el orgasmo.  Eso si, no cabe duda que a la vista de los nombres que llevan dichas marcas, muchos de aquellos jóvenes alegres, jamás abandonaron del todo el vicio del alcohol.


Pero volvamos al tema de los carburantes. Un carburante no lleva nunca una palabra en castellano, por que todo lo hispano debe sonar a retroceso, a lento, a carromato de madera, a recua de bueyes o de mulas; deben  utilizarse términos anglosajones e impactantes.
Atrás quedaron esos tiempos de lectura textual donde los españoles leían todas las letras desde el principio hasta el final, sin inventarse nada, sin pronunciaciones del carajo, 'Kirt Douglas' leído así, mientras pasado un tiempo y muchas clases de idioma en las escuelas, su hijo pasó a llamarse 'Maiquel Daglas' (Michael Douglas).
Con chulería (Campsared Blog)
Ahora ya es impensable que alguien te pida sencillamente una recarga diciendo textualmente 'ORANGE' o 'VODAFONE', dicen, como si fueran nativos de Oklahoma: 'Óranch' y 'vodafón'. Hemos entrado en otro siglo. Hasta yo, cursi de mierda ofrezco un 'holls', cuando en verdad lo que le estoy vendiendo es un caramelo que lleva el mismo nombre que las entradas de las casas.

Por eso, mucho antes de que Aznar demostrara que estamos preparados para hablar en  inglés, los españoles comprendimos que había que dar un paso hacia el futuro, era el momento de cambiar el nombre a nuestros carburantes.

El primero, o primera de aquellas gasolinas que nos dejó,  fue la de 92 octanos, denominada la 'Normal', y era bien lógico,  en un mundo de sensacionalismos y de publicidad creciente y rimbombante, llamarse NORMAL, o incluso ser normal, era una papeleta ya premiada para alcanzar las más altas cotas de la pobreza, la cima del anonimato. Desapareció la Normal, por que era cutre y aburrido tener un nombre tan... vulgar, y tan falto de perspectivas.

Después se fue la de 97, la 'Súper' que era un proyecto inacabado de futuro.  Súper... ¿de qué?, ¿de supergasolina? Demasiada caspa, no en vano por entonces triunfaban 'Los Parchís' y eso da testimonio del nivel alcanzado por nuestras inversiones en cultura. Y llegó entonces la 'Eurosúper', que hablaba inglés, con el propósito de hacernos internacionales, y que traía una cosa llamada 'catalizador', que durante unos meses fue un quebradero de cabeza para los conductores.  Luego cayó el gasóleo, denominado 'A' por ser el más completo y destacado de su clase, el universitario, el listo, mientras el 'B' y el 'C' que eran los torpes, el uno agricultor y el otro fontanero, ahí están dando guerra todavía.

Para sustituirlo llegó el 'Diesel', que era un producto nuevo, selecto, con glamour, un auténtico dandi de los carburantes, aunque de tanta gloria,  era excesivamente efervescente y duró poco, tomó su sitio el 'superdiesel' o 'extradiesel', que eran gasoleos nuevos pero con vitaminas, sustancias dopantes para el coche, viagras de automoción.

El tema de las gasolinas fue más serio, pasado un tiempo las militarizaron, les asignaron números, 'la 95',  'la 98', sin plomo, sin tabaco, sin sal; eran gasolinas vegetarianas.
Pero aún andábamos en la 'edad de bronce', la eclosión de los nombres con impacto llegó a principios de este siglo. Los inventores de palabras, y los que ponen los nombres a los carburantes, sintieron comenzar el  'Siglo de Oro' de sus cifras y letras, y se estiraron a la búsqueda del nombre más técnico y perfecto, sin darse cuenta que estaban en España, y que acabábamos que quitarnos la boina, y que a nosotros esos nombres, nos sonaban a pastillas contra el dolor de muelas.

Cepsa fue comedida en adjetivos, sus carburantes tomaron nombres de naves espaciales: El 'Star diesel'  y el 'Óptima', que aventuraban viajes por el cosmos, como si en vez de carburantes bautizasen transbordadores espaciales: "El Óptima ha aterrizado con exito sobre el suelo de Marte". Panda de pardillos...
B.P. fue escueta y radical. Guate -dijo uno-, aquí teneis el 'Ultimate', y no pidais más cosas, ultimate para todos, ultima oferta, ya lo estais oyendo.

La Shell entró a cañón, pensó que una taladradora o un martillo neumático podían llevar el mismo nombre que un gasoleo o que una gasolina.  Los inventores de nombres la gozaron. Esa noche corrió el whisky a raudales: 'Shell V-Power' y 'Shell V-Power Diesel'. Tamaña fue la cosa, que los directivos de Gillette interpusieron una denuncia por plagio de su marca.

Repsol fue el no va más, la petaron como no podía ser de otra manera.

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