Ahí estás, provocándome con tus suaves luces azules, rojas, parpadeando la pantalla
de cuando en cuando.
Llevas todo el turno de mañana proponiéndome que te coja y te toque los botones...
para procesar albaranes o la devolución de los cupones de ayer. O un traspaso.
Lo que sea, con tal de meterte mano. Y es que eres insaciable.
Así que me pongo a ello. Cuando he acabado de hacer, entre cliente y cliente,
el pan, la bollería, la recepción del combustible, del butano y otras 400 cosas más.
Son las dos de la tarde, y aún me da tiempo de darte lo tuyo, tigre mío. Te vas a enterar.
el pan, la bollería, la recepción del combustible, del butano y otras 400 cosas más.
Son las dos de la tarde, y aún me da tiempo de darte lo tuyo, tigre mío. Te vas a enterar.
Procedo primero a actualizar tus datos de sincronización con el servidor.
Parece como si te oyera emitir un leve gemido. Luego, con suavidad, accedo a la herramienta
para meterte... digo introducir albaranes.
Parece como si te oyera emitir un leve gemido. Luego, con suavidad, accedo a la herramienta
para meterte... digo introducir albaranes.
Apunto con sensualidad el código del proveedor y me pongo al tema.
El caso es que, pese a que normalmente de dos a tres, la estación de servicio suele tener
un pequeño parón de tráfico, justo en ese momento fatídico en el que voy a meter cantidades en
negativo para que cuente como devolución, y no la líe, se paran diez coches en la pista, y hay que
salir a atender. En fin. Te tengo que dejar colgado.
A la media hora exacta, después de llenados, reclamaciones por tarjetas de descuento que no
funcionan, y explicarle a algún caradura el motivo por el cual no puedo engrosar la factura de IVA
de su repostaje, aquello se queda más desierto que un chiringuito de Torrevieja en Diciembre.
Así que voy a rematarte, pichón mío.
Después de liarme a teclear números (algunos códigos de barras no los lees, cabrito), y
comprobar que todo está en su sitio, según el papel. Voy a guardar el trabajo realizado...
Y ¡plaf! como un bofetón en la cara, me enseñas un mensajito de error en la pantalla.
Intento mantener la calma, y recomienzo todo el proceso de nuevo.
Te vuelvo a poner la ropa y te la vuelvo a quitar.... Quiero decir, que te actualizo los datos y
demás preámbulos necesarios para que todo vaya como la seda.
Pero pese a todos mis esfuerzos, ahora ni siquiera cargas la herramienta de entrada de
mercancía... Vaya chasco.
Me recuerdas a tu otra versión, la que utilizaba cuando hacía inventarios, en mi etapa como encargado. También se colgaba a menudo, el mamoncete, e incluso se permitía el lujo de borrar conteos de artículos o contar 0 unidades de chupa-chups de una caja de 100. También daba mucha risa. Veo que han cambiado pocas cosas de un programa a otro...
A ver como le explico ahora a mi Encargado, sin que yo parezca un
demente, que has tenido un gatillazo y por eso no he podido realizar el trabajo "que en realidad no me toca..."
un pequeño parón de tráfico, justo en ese momento fatídico en el que voy a meter cantidades en
negativo para que cuente como devolución, y no la líe, se paran diez coches en la pista, y hay que
salir a atender. En fin. Te tengo que dejar colgado.
A la media hora exacta, después de llenados, reclamaciones por tarjetas de descuento que no
funcionan, y explicarle a algún caradura el motivo por el cual no puedo engrosar la factura de IVA
de su repostaje, aquello se queda más desierto que un chiringuito de Torrevieja en Diciembre.
Así que voy a rematarte, pichón mío.
Después de liarme a teclear números (algunos códigos de barras no los lees, cabrito), y
comprobar que todo está en su sitio, según el papel. Voy a guardar el trabajo realizado...
Y ¡plaf! como un bofetón en la cara, me enseñas un mensajito de error en la pantalla.
Intento mantener la calma, y recomienzo todo el proceso de nuevo.
Te vuelvo a poner la ropa y te la vuelvo a quitar.... Quiero decir, que te actualizo los datos y
demás preámbulos necesarios para que todo vaya como la seda.
Pero pese a todos mis esfuerzos, ahora ni siquiera cargas la herramienta de entrada de
mercancía... Vaya chasco.
Me recuerdas a tu otra versión, la que utilizaba cuando hacía inventarios, en mi etapa como encargado. También se colgaba a menudo, el mamoncete, e incluso se permitía el lujo de borrar conteos de artículos o contar 0 unidades de chupa-chups de una caja de 100. También daba mucha risa. Veo que han cambiado pocas cosas de un programa a otro...
A ver como le explico ahora a mi Encargado, sin que yo parezca un
demente, que has tenido un gatillazo y por eso no he podido realizar el trabajo "que en realidad no me toca..."