Ya van varias veces que le ofrezco a mi abuela un tupper para abrigarse en el frió invierno canario. Suelo hablar con mi perro salchicha de las virtudes y beneficios de la contratar los servicios de nuestra compañía telefónica. En el trabajo, cuando escucho el hilo musical, sobre todo esa parte en la que parecen psicofonías extraídas de una sala de torturas de la inquisición, creo estar oyendo "ofrece, capta, vende" etc, con la voz distorsionada de mi encargado. Y cuando me quiero dar cuenta, estoy hablando a la imagen de mi jeto que proyecta el espejo del baño, comentándole que este cuchillo es capaz de hacer por si sólo tareas de mantenimiento en su hogar, caballero.
Me han mandado hacer una encuesta, o un concurso o no se qué carajo. Quizá si la hago bien me regalen una visita al psiquiatra, pero antes he de intentar hacerla con un bolígrafo, porque la última vez casi utilizo el palo de la fregona.
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