No ha sido un buen año para nadie, Ni para aquellos que trabajamos, ni para todos los que perdieron su trabajo y tal vez más, la casa y la ilusión. En lo laboral se ha tensado la cuerda, los jefes de todas las empresas, bien por necesidad, bien por avaricia han apretado el nudo y han exigido más de la cuenta, como en los mejores tiempos del abuso: Jornadas interminables, bajos sueldos, incertidumbre en el trabajo, todo lo que hace que la esperanza se tiña de gris cuando se trata de adornar el porvenir.
En las estaciones de servicio nada ha cambiado, o si, el sueldo sigue siendo el mismo, o ha mermado, por que los incentivos se han quedado raquíticos como algunos filetes cuando pasan por la sartén y sueltan agua quedándose como un escalopín. No corren buenos tiempos para vivir la navidad más alegre. Ha sido un año duro, con muchos compañeros que se fueron, y a quienes mando un recuerdo desde aquí. Sus estaciones pasaron a manos de privados y eso sin duda es una lotería que ninguno queremos jugar, porque el azar es caprichoso, y sin embargo las facturas, son puntuales, y no entienden de malos tiempos y suerte desigual.
2012 fue el año de la crisis, y no imagino un 2013 más funesto como auguran. La vida de la gente no tendría que depender de los malabarismos económicos de unos pocos, de sus apuestas, de sus negocios... El futuro de las personas tendría que ir a mejor por fuerza, por que es humano el deseo de prosperar, y no una falta o un delito del que nos quieren acusar para que paguemos entre todos sus desaciertos y codicia.
La crisis se ha llevado los objetivos por delante, soy consciente, así que no me quejo por que mis incentivos en los últimos meses hayan encogido hasta los mínimos sesenta y ocho euros, ya que el trabajo también se ha relajado, y a veces salgo hasta la puerta, a mirar, por si alguien ha cortado la calle, como en una vuelta ciclista, y por eso no entra nadie a comprar o a repostar. Hay que ajustarse el cinturón un poco más, hay que apretar los dientes y aguantar el chaparrón, y esperar a que escampe lo antes posible. Y al final, escampará.
Quiero desearos unas felices fiestas, y mucha, mucha suerte para el año que viene, que no ocurra como con este Blog que se han estancado los seguidores o se han pasado al Facebook, o se asoman con su antifaz anónimo sin buscar amistad, como furtivos que disparan desde la sombra. Además, hay sindicatos que se alegran, otros que se enfadan, compañeros que piden más batalla, gente que se pierde en conflictos laborales, gente que se aburre, gente que se cansa, gente que se desespera... Tal vez en el futuro muchos ya no estemos, pensando en la que se avecina: estaciones low cost, surtidores en automático, chinos, y rusos, y alemanes buscando nuevos horizontes entre las petroleras españolas, que se hacen las difíciles, pero tal vez acaben en el catre.
Mucha suerte y felicidades a todos, que el 2013 nos depare tantas cosas buenas, que no tengamos más remedio que brindar cada mes para celebrar lo bien que nos ha ido. Por que nuestros problemas y temores se hayan disipado, y nuestro sueldo se haya convertido en una fuente inagotable de alegría.
Os espero el año que viene (y lo que queda de este año) al pie del cañón, que no me entere yo que me engañais con el Facebook, que todo es silicona y apariencia, nosotros somos los auténticos, los genuinos, y lo mejor de cada casa.
FELIZ Y PRÓSPERO AÑO NUEVO
Os dejo con algo divertido para que terminemos con buen sabor de boca.
Suerte y adelante.
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