Nuestros clientes están velando aún al difunto "pelotazo" y no se fían, se asoman a los gastos, como un gato asoma la cabeza tras el arbusto, para ver si ha desaparecido el perro que amenazaba su integridad.
Para que vayan las cosas bien, no basta con que llegue el dinero hasta los inversores, tiene que llegar a los albañiles, a los tenderos, a los transportistas, a las pequeñas empresas, a las amas de casa. En segundo lugar, para que las cosas vayan bien, hay que tener seguridad, convencimiento de que podremos pagar las viviendas, los coches, las facturas, las necesidades de la familia, y los caprichos. Es decir, sentir confianza. Para que las cosas vayan bien y se vendan naranjas y melones, y quesos manchegos a mansalva hace falta que los billetes ocupen el sitio que ahora ocupa la calderilla y las pelusas dentro de la cartera. No basta con que haya cantos de sirena, hace falta palpar a esas sirenas y sentir su calor. Hasta que no podamos darnos un "magreo" satisfactorio con las sirenas de la recuperación, no empezaremos a salir de la crisis.
Me gusta que la empresa diseñe estrategias de venta y que introduzca nuevos productos, que modifique los diseños, la cartelería, que se inventen nuevos expositores y promociones pero ¡ay! ¡estos precios que tenemos... ay!
Alguien comentaba que BP negocia con Alcampo para introducir una linea de productos baratos en sus estaciones, y sugería que ya es hora de que nosotros dejemos de impresionar a los clientes con nuestros precios desorbitados y tomemos el mismo camino.
El compañero Sonnen Blume exponía con brillantez este argumento que suscribo punto por punto:
"Lo que esta claro es que en Campsared o mueven ficha o lo tenemos muy negro. Nuestros negocios aparte de tener ese plus que siempre ha tenido Repsol, y sobre todo gracias al esfuerzo extra que realizan todos sus empleados -aunque nuestros superiores no lo quieran ver y, ni mucho menos reconocer- debieran de tener una nueva estructura, con la base firme y estable que nosotros en nuestro día a día, proporcionamos, planteándose precios mas económicos, la creación -por que no- de una marca blanca propia de productos de aseo personal, alimentación, etc., con precios competitivos. En fin, que los señores que manejan el cotarro sean por fin unos 'buenos negociadores', que traten de vender a la gente que el carburante es un complemento mas de nuestras tiendas de conveniencia en las cuales tenemos productos de calidad con unos precios acordes a los tiempos que corren (Sonnen Blume11 enero, 2014 22:34)"
Además, nuestro compañero ponía el acento en algo muy importante y que pocas veces destacamos: En los anuncios de TV, lo que se vende son "GASOLINERAS REPSOL con..." cuando lo que habría que hacer es vender "TIENDAS REPSOL con..." ofreciendo los mejores productos a precios asequibles, con los servicios de mejor calidad y los mejores combustibles.
Todo el mundo sabe que nuestros carburantes son la leche, que desincrustan, desinfectan, eliminan el óxido y la corrosión, y te dejan el motor como nuevo, pero... ¿nuestras tiendas? ¿Saben algo de ellas?, Si, que son caras, y nada más. Eso es lo que hay que cambiar, el pensamiento de que somos gasolineras, centrarnos en convencer a los clientes de que hay otra cosa y tal vez más importante, hay que conseguir que sustituyan su chip que dice: "Voy a la gasolinera y de paso compro el pan", por el "voy a la tienda de Repsol y de paso echo gasolina". Nuestro compañero lo explicaba bien: "Lo que hay que hacer es cambiar la manera de enfocar nuestros negocios frente a la gente. Se trataría de hacer un 'lavado de cerebro' a los clientes potenciales y hacerles ver que ya no van a una gasolinera, si no que van a TIENDAS REPSOL"
Hace muchos años que sabemos que ese es el camino, potenciar las tiendas no solo en base al esfuerzo del trabajador, sino a través de un nuevo enfoque, ¿lo lograremos algún día?
En fin, volviendo al tema, estoy temiendo el mitin que nos van a lanzar este año de vacas flacas sobre lo que se espera de nosotros, sobre la responsabilidad que tenemos, sobre la empresa y su futuro, y qué si las cosas van mal, rodarán cabezas (las primeras las nuestras, aunque eso no lo dicen), y que si hay que arrimar el hombro, que si hay que hacer equipo, que si patatín y patatán, pero sobre todo ser muy productivos. Digamos, que no basta con contener la avalancha de coches y de gente en las horas punta, sin descansar, sin rechistar, obedeciendo a pie juntillas las demandas de hacer cafés, bocatas, bollos, rescatar coches con problemas en el lavado y atender sin error a los proveedores. No basta con cumplir el trabajo, tal como nos explicaron al principio, ahora hay que ser rentables, productivos, no basta con capear el temporal, hay que exprimir la nada hasta producir beneficios, para que merezca la pena mantenernos.
Así que temo que nos vuelvan a proyectar diapositivas llenas de rátios importantes que no cumplimos, y objetivos estratosféricos que no alcanzamos. Y los adornen antes y después con videos que demuestran que somos una empresa del copón, con unos medios de alucine, que somos la rehostia y que tenemos que estar a la altura de este emporio.
Ahora vienen los "peros". Ellos nos dan las herramientas, si, pero nos quitan personal, y nos lanzan a la batalla con unos precios imbatibles (al alza), y si nos duelen los riñones, ahí tenemos la faja de seguridad, y el chaleco amarillo, por si nos pilla un coche que lo haga reglamentariamente, para que no se manchen las estadísticas con trabajadores malheridos, o maltratados. Están fallando en el incentivo, y no solo en el económico, hay algo que no se paga con dinero sino con reconocimiento, algo se les escapa en el aspecto humano, el bosque de los ratios, no les deja ver a las personas. Soy demasiado negativo, perdonadme.
EN UNOS DÍAS OS CONTARÉ MIS IMPRESIONES TRAS LA REUNIÓN
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