COMPAÑEROS DE CAMPSARED



"Podeis decir lo que pensais de vuestros encargados, de los objetivos, de la venta activa, de los cursos, de Sumando valores, seguridad, promotores del cambio, sindicatos, y todo lo que querais. Hubo en tiempos un blog de un compañero en donde mucha gente dejó sus comentarios, hoy no existe y como alternativa nace CAMPSARED BLOG, para reunir a todos los que somos COMPAÑEROS DE CAMPSARED"

Este blog, como indica en la cabecera, originariamente fue creado por un compañero llamado EXPENDEDOR-VENDEDOR el 20 de noviembre de 2008 pero problemas técnicos le impidieron actualizarlo, lo que dio pie a la creación de esta segunda etapa renovada que es la que se abre a continuación.
Como aquel, mantiene la idea de tener una plataforma de comunicación, de reivindicación y sobre todo un medio de expresión para todos los trabajadores de CAMPSARED y de REPSOL, y a la que quedan invitados cualquiera de los trabajadores de EESS sean cuales sean sus marcas.

Bienvenidos todos a este foro de diálogo e información.

Recordar que si visitais esta página por primera vez, para conocer el contenido completo de este blog desde su nacimiento, deberíais comenzar por el antiguo blog pinchando en este enlace:

'www.campsaredsprint.blogspot.com'





1 de marzo de 2025

MARZO-ABRIL 2025, comentarios

DONDE LAS DAN LAS TOMAN








Últimamente, nos hemos ido acostumbrando a la presión, a que nos digan cómo, cuánto, y qué tenemos que vender. En el siglo pasado, los baby boomers, la generación X e incluso los millennials que trabajábamos en Campsared, estábamos acostumbrados a que nos encargaran otro tipo de tareas. Por entonces lo principal era limpiar: barrer, fregar, hacer los surtidores, limpiar baldas, dar lustre y esplendor a las vidrieras, limpiar baldas —ya lo he dicho—, y atender al público. Luego arribó un navegante portugués y dio al traste con todo. Llegó con su teoría del 1 + 1: un cliente, más una Coca-Cola, equivalía a más ganancia. Empezamos por pequeñas cosillas como vender helados, chicles o refrescos, pero luego la situación se complicó. En realidad fue un cambio en la mentalidad empresarial de todas las empresas: ya que el trabajador estaba ahí, había que sacarle el máximo provecho.  

Empezamos a escuchar hablar de productividad, del valor añadido que suponía que los trabajadores combinaran sus tareas con la venta directa, que era la elevación al cubo de la venta por impulso. Desde entonces fueron introduciendo nuevas actividades, más trabajo, y para no subir el sueldo se inventaron los incentivos. El mundo había cambiado y lo más importante era ser productivo. «¡Productividad, productividad!», ese era el nuevo lema que agitaban las empresas; lo esencial era obtener más beneficios. Este método consistía en el uso eficiente del tiempo, la eliminación de distracciones y la implementación de hábitos saludables que beneficiasen a la empresa. 

En esto llegaron nuestros sindicatos con sus armas de persuasión, su reivindicación sin límites y su implacable lucha obrera en defensa de los trabajadores… No, esto no ocurrió así. Los sindicatos que tenemos y que supuestamente nos defienden se habían convertido de la noche a la mañana en «sindicatos verticales», manteniendo una relación estrecha con la compañía y, por supuesto, resolviendo conflictos mediante acuerdos con la Dirección, en lugar de a través de la lucha sindical tradicional. Parece ser que eso había muerto junto a Marcelino Camacho, la única representación decente de lo que tiene que ser un verdadero sindicalista. 

Estos de ahora son unos timoratos que acuden al pesebre de la empresa a que les den una ración de alfalfa —quien dice alfalfa dice gambas—, renunciando a la lucha sindical y criticando los modelos tradicionales de reivindicación de los derechos de los trabajadores. 
Gracias a ellos, que suscribieron en el Convenio Estatal de Estaciones de Servicio la siguiente frase, textual: «[...] además de cualquier otra [actividad] encaminada a una adecuada explotación del punto de venta [...]», nos hemos visto durante todos estos años sometidos a una presión brutal, soportando cada vez más trabajo y exigencias. 

Por cierto, el otro día, un compañero que está de baja por estrés me comentó que se encontró en la mutua con otra compañera, trabajadora de una estación distinta perteneciente a Campsared. Me dijo que estaba temblorosa, llorando, devastada ante la creciente presión que está ejerciendo nuestra empresa por el tema de la multienergía, los waylets, los leeds y tanta mierda que han consentido nuestros sindicatos. Estos, parece ser que han preferido poner el cazo en lugar de reclamar un cese radical de esta actitud, anteponiendo la salud de los trabajadores, si es que aún piensan en ellos en algún momento. 

Curiosamente, la recepcionista les comentó que, últimamente, Campsared estaba viéndose afectada por una fiebre de bajas provocadas por el estrés. ¿Qué les podemos decir a nuestros sindicatos? ¿Cuándo van a plantarse ante la empresa exigiendo la paralización de este acoso que busca la «productividad feroz» a costa de exprimir a los trabajadores?  

Me temo que esto no va a ocurrir y que en el próximo convenio —además de pactar otra subida por debajo del IPC—, volveremos a ver la frasecita de marras, como un triste recordatorio de la «vergüenza» sindical que nos está representando.
ESTAMOS APAÑADOS
 

1 de enero de 2025

ENERO-FEBRERO 2025, Comentarios

NUEVO AÑO, NUEVO CONVENIO, ¿MISMA MIERDA?

                                                                                                                            
        A partir del uno de enero estamos a expensas de lo que decidan nuestros sindicatos, qué está claro, no miran por nosotros ni nuestro bienestar, sino por cualquier beneficio o dinero que puedan obtener de la empresa. Para la cantidad de tareas y responsabilidad que tenemos cobramos una miseria. Esto hace que, por ejemplo, los chavales jóvenes no aguanten su contrato entero o que gente que proviene de Gespevesa, se den de baja en los primeros días, pues se dan cuenta de la avalancha de trabajo que tenemos y huyen despavoridos. 
        Necesitamos un sueldo digno y eliminar esa mochila de los 109 € que no vemos repercutida en nuestras pagas extras que apenas pasan de mil euros. Me temo que este año una vez más nuestros sindicatos se bajarán los pantalones, como han hecho siempre, dejándonos vendidos, mientras ellos siguen cobrando con sus negociaciones infinitas. 
        Suerte para todos el este nuevo año. Yo ya me estoy hartando y como ha dicho alguno, las plantillas están desmotivadas porque no ven que haya interés por parte de la empresa y mucho menos por quienes dicen que nos representan. Si no me equivoco, una vez más tendremos que tragar sapos y culebras cobrando un sueldo mísero en relación a nuestro trabajo

        Feliz año a todos vosotros, y mucha suerte y salud con lo que tengais que afrontar.

FELIZ AÑO NUEVO