COMPAÑEROS DE CAMPSARED



"Podeis decir lo que pensais de vuestros encargados, de los objetivos, de la venta activa, de los cursos, de Sumando valores, seguridad, promotores del cambio, sindicatos, y todo lo que querais. Hubo en tiempos un blog de un compañero en donde mucha gente dejó sus comentarios, hoy no existe y como alternativa nace CAMPSARED BLOG, para reunir a todos los que somos COMPAÑEROS DE CAMPSARED"

Este blog, como indica en la cabecera, originariamente fue creado por un compañero llamado EXPENDEDOR-VENDEDOR el 20 de noviembre de 2008 pero problemas técnicos le impidieron actualizarlo, lo que dio pie a la creación de esta segunda etapa renovada que es la que se abre a continuación.
Como aquel, mantiene la idea de tener una plataforma de comunicación, de reivindicación y sobre todo un medio de expresión para todos los trabajadores de CAMPSARED y de REPSOL, y a la que quedan invitados cualquiera de los trabajadores de EESS sean cuales sean sus marcas.

Bienvenidos todos a este foro de diálogo e información.

Recordar que si visitais esta página por primera vez, para conocer el contenido completo de este blog desde su nacimiento, deberíais comenzar por el antiguo blog pinchando en este enlace:

'www.campsaredsprint.blogspot.com'





1 de diciembre de 2013

DICIEMBRE 2013, comentarios

Otra navidad que seguimos en la brecha. Tras el "pactus interruptus" que se produjo el mes pasado, este mes esperamos una lluvia de dinero, y no precisamente de la lotería, sino la de los errores contables, la de los errores informáticos, la de la paga, y se supone, la que nos proporcione el acuerdo definitivo de nuestros sindicatos sobre el Pacto Sindical, que llegará posiblemente tocando el fin de año. Va a llover tanto que Hacienda ya habrá puesto palanganas para quedarse con una parte buena de esa "lluvia" destinada a alegrarnos las navidades. Nuestra empresa por si acaso -muy cucos ellos- también nos ofrece invertir en acciones de Repsol en cuanto dispongamos de cash.

Con este chaparrón de billetes, no nos acordamos de los acuerdos, esa "píldora", que como decía una compañera, va a llegar entre tanto azucar, que ni nos vamos a enterar.

Que seais todo lo eficientes que nos piden como para merecernos el terroncillo de azucar que nos dan. Que los ratios echen chispas. Felices y dulces fiestas.




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15 de noviembre de 2013

SER O NO SER, ESA ES LA CUESTIÓN


Hete aquí que estamos, después de una travesía por el desierto de cuatro años, expectantes esperando firmar el "convenio prometido" cuyas pretendidas ventajas se diluyen ante la apabullante realidad económica. En realidad lo que ahora se dirime es el Pacto Sindical, pero luego será el Acuerdo Marco, y antes fue el Convenio de Estaciones de Servicio, una "operación salida" de derechos (nunca mejor dicho) que nos tienen con el corazón en un puño desde hace varios meses. Pero, ¿Qué nos aguarda después de este ramillete de pactos?

Se comenta que ha pasado la crisis pero que estamos viviendo la resaca, y por lo que dicen, vamos a salir de ella con los pantalones enganchados con alfileres, sin varios pluses que nos los sujeten, prácticamente con el culo al aire en cuanto levantemos los puños para protestar.

El terremoto económico ha sido de tal calibre, que ha devuelto a los ricos a su sitio, y a los pobres, a ocupar sitios de alquiler. Por más que repasemos las mejoras sociales del último decenio, las alzas de salario, los acuerdos... ahora parece que ni la zanahoria en el palo nos va a quedar. Desde que en la primavera de 2012 llegara el tío Paco con las rebajas; el tío Mariano, he querido decir, aquí ya no crece una flor sin permiso del gobierno, y si crece hay que tributar por ello.

Se acabaron los años del pelotazo -para los ricos- y el rebote -para los pobres- en el que todos sacaban su ganancia con la filosofía del "y yo más". Que tienes esta casa, pues yo más, el coche X, pues yo más, o una tele de la leche, pues yo otra mejor. Yo siempre más que mi vecino. Ahora se rivaliza en saber quien tiene más deudas que el de en frente, quien aguantará más meses la "resaca" sin venirse abajo, y algo terrible para llevar una vida serena: quien tiene menos miedo a perder el empleo y más seguro su futuro.

Nosotros trabajamos para una multinacional. Nuestro presidente no ha sido el que dijo que hay que trabajar como los chinos si queremos poder sobrevivir, nuestra empresa gana dinero año tras año, a espuertas, como si les tocara cada semana El Cuponazo, no paran de encontrar petroleo, de extraer gas, y de producir derivados que proporcionan ingentes cantidades de dinero a la buchaca. Este trimestre 387 millones de un global de 1.410 en el año. Pero, ¿Y nosotros: Campsared? ¿Donde estamos en la cadena de ganancias?

Alguien ha utilizado la palabra mochila y voy a apropiarme de ella; Campsared es la mochila de Repsol, y se la cuelga, la zarandea, la utiliza, y de vez en cuando hace limpieza en ella tirando las migajas y pelusas, todo lo que no les interesa mediante reducciones de partidas, de personal y por subrogaciones. ¿Por qué?, por que les pesa la mochila y como dueños de ella quieren una mochila ligera, atractiva, y funcional. ¿Responde Campsared a esos criterios?

Ahora ha llegado el momento de cerrar las negociaciones del Pacto sindical (la cremallera de la mochila) y unos ven que se ajusta más o menos, y otros, que ese cierre tiene más peligro que la boca de un tiburón.

Bajo esto se amontonan las cifras, cientos de ellas, de todos los tamaños, adornadas como los árboles de navidad por diagramas de múltiples colores, utilizando decenas de signos ortográficos, todos los que contienen los teclados para explicarnos la situación en la que estamos, si somos sostenibles y lo que se espera de nosotros.

Ciertamente a los criterios de la empresa nuestra mochila ya no es tan nueva, tan bonita ni tan útil. En los últimos años ha tenido que invertir en ella para que no se desfondara (últimamente 70 millones), está llena de costurones y por los sietes se le escapa parte del beneficio, lo que me hace pensar que ya no somos el complemento perfecto sino más bien un lastre ¿Puede prescindir de nosotros?

Está claro que el mundo se ha desmoronado, los últimos escombros son de Fagor, con 5.600 trabajadores a la calle, Panrico con 914, la televisión valenciana 1.600, limpiezas de Madrid 1.100 y muchos más, hasta llegar al Bar de Luis, frente a mi casa, con dos empleados menos. Y si hablamos de sueldos la realidad hace llorar, cientos de empresas han rebajado o piden rebajar ¡¡hasta un 45 % los salarios!! ¿Es este derrumbe general motivo suficiente para rebajar nuestras pretensiones? ¿Precarizar nuestro futuro es una opción o una necesidad?

Unos (CCOO) nos dicen que las concesiones son las mínimas, pero nos hablan de un plus (de relevo) que inquieta en su nueva definición, por lo que pueda suponer. Como la mayoría no entendemos, lo vemos con recelo, como al muñeco Chucky, no sabemos si darle un abrazo o hacerlo picadillo con la batidora.

Por otro lado (UGT) considera que el tema no está claro, buscan gato encerrado alrededor de los ratones, que somos nosotros, les parece que eso del plus independiente "ad persom", es un truco tan viejo como el de la bolita y las tres nueces, "ahora la ves, ahora no la ves", y que en cualquier momento en el futuro, se esfumará el dinero, que habrá volado entre los dedos de un virtuoso trilero de la empresa.

En este punto estamos, con los papeles sobre la mesa, con dos guiones diferentes sobre una misma historia ante los que debemos decantarnos. En realidad, todo es cuestión de cifras: Perdemos, o perdemos, o perdemos más, la casa gana siempre. Se trata de aceptar los recortes o apostar todo a impar y rojo.

Estas dos últimas semanas no ha habido reuniones. UGT no está ni se le espera, su planteamiento es que las cosas no están claras, y que con la mosca zumbándole detrás de la oreja ellos no se atreven a firmar. CCOO ha recogido los bártulos, ha hecho las maletas y se han marchado cada uno a su pueblo a la espera de que los ugetistas se decidan. ¿Y ahora qué? Si lo que se negoció hasta ahora no vale, es decir, si lo que ha costado varias semanas de reuniones y discusiones (desde el 11 de septiembre) y que se plasmó en distintos comunicados conjuntos, no es lo que se acepta, no queda otra que volver a empezar de cero, coger folios en blanco y comenzar a escribir propuestas.

¿La empresa va a aceptar esta indecisión? ¿Va a refrendar lo ya acordado o va a adoptar posturas más rígidas?

Yo creo que la posición de UGT es loable, quieren lo mejor para todos, entendiéndose por todos, los trabajadores antiguos y los nuevos, pero... ¿Nuestros sindicatos no han patinado enfrentándose a la empresa sin antes haber ajustado sus criterios?

A mi modo de ver, la empresa va a reforzar su estreñida posición y va a decir, "que la cosa está mu' mal", que hay que adaptarse a los nuevos tiempos o enfrentarse a la desaparición, esto último lo dirán con énfasis, en tono fantasmal, alargando como un aullido la última sílaba.

¿Es cierto? ¿Es posible? He ahí nuestro dilema, nuestra posición. No condenemos a los sindicatos si finalmente optan por una decisión errónea que nosotros mismos dudamos. Es cierto, algunos lo teneis muy claro: HAY QUE LUCHAR, pero ¿Y la mayoría? ¿Pondríais la mano en el fuego por vuestros compañeros?

Por si os queda alguna duda, yo tampoco quiero que nos bajen el sueldo, me jodería como a cualquiera, pero ¿Qué hacemos? ¿Revolvernos por amor propio? ¿Cuántos? ¿Los 150 de siempre?

Y si así fuera, una reflexión: ¿Le ha servido de algo a los empleados de Iberia, Roca, Fagor, Panrico, etc., salir a la calle a protestar? ¿Han renunciado a sus planes las empresas? ¿La coyuntura laboral protege las posturas heroicas?

Estamos entre la espada y la pared. Yo creo que hemos de apostar por la supervivencia apoyando los planes propuestos en principio por nuestros sindicatos. Lo de UGT es fantástico pero nos pone al borde del abismo. Debemos optar por una garantía en el empleo y si tiene que haber bajada de sueldo, que esté condicionada a la situación económica, y tan pronto -aunque sea en el 2018- ésta mejore, recuperemos un nivel aceptable de salario y de capacidad adquisitiva acorde a los tiempos que corran por entonces. No se trata de sacrificar el futuro, sino de asegurar el presente.

Yo no quiero volver al 2012 con el temor continuo a un subarriendo,  prefiero cien planes cicateros de mejora, u oscuros objetivos, el maquiavélico proyecto de los ratios de venta, cualquier cosa menos vivir en la zozobra diaria del "qué pasará mañana".

Ocurra lo que ocurra, nuestra situación seguirá siendo mejor que en el sector. Sé que juegan con nuestro miedo, pero, visto lo que ocurre a nuestro alrededor ¿tenemos otra opción?



P.D.: Espero vuestras más feroces criticas para devolverme la fe y el valor que los años me han arrebatado. Quiero algo en lo que no creo: La unión por un objetivo común, en Campsared es imposible.
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1 de noviembre de 2013

NOVIEMBRE 2013, comentarios


Este mes es el mes que tanto tiempo estábamos esperando, cobraremos el primer plazo de los atrasos, y se firmará el VI Pacto Sindical de Campsared con muchas de las reglas que regirán nuestro futuro. Tal vez no sea para lanzar cohetes, pero de alguna forma, hay que celebrarlo.

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9 de octubre de 2013

TRABAJADORES DE PROVECHO

Repsol inició una campaña el 17 de septiembre de 2013 entre los empleados, basada en promover los valores de la Compañía, los tres de siempre: Integridad, Responsabilidad y Transparencia, y dos nuevos, Flexibilidad e Innovación. Se aparta de momento, por motivo desconocido la Seguridad que había sido uno de los puntales de la Compañía hasta la fecha (aún podeis consultar los antiguos valores en la Web de Repsol, que la incluyen entre los favoritos). Precisamente por ello se han pulido al negro que la promocionaba ( ¡Vaya por dios!, a ver si nos van a llamar la atención, y es que...); no se puede estar seguro de nada, bueno, pero nos queda el chino.

Este asunto de la campaña, ha llegado justo en mitad de la discusión sobre si nos dan el dinero de los atrasos, o lo siguen guardando para cuando seamos mayores.  Es evidente que como cortina de humo viene que ni pintada, cualquiera pensaría que quieren distraernos y han dicho, venga, 'palante' con la "operación despiste"
El caso es que para estimularnos en la tarea nos obsequiaron con un cuaderno de anillas y hojas cuadriculadas para que anotemos las ideas y propuestas que se nos ocurran al respecto, un bolígrafo con la leyenda "Sumando valor al equipo Repsol", y dos folletos, uno largo y propagandístico, y otro resumido para mentes perezosas (yo me he leído solo el pequeño, y el otro por encima, shisss).

La idea es colaborar para que las relaciones con la empresa mejoren y se aporten ideas productivas (para que el resultado operativo sea mejor fundamentalmente), que todos seamos seres felices, comprensivos y amantes incondicionales de la marca.

Con todo, una de las cosas que me gusta de veras es que por cada propuesta vayan a donarse 10 € a la Fundación Repsol para que colabore en proyectos solidarios, alguno por cierto, de los humanitarios, podía quedarse en casa, osea tocar de cerca a los que también lo pasan mal en este país, con todo el respeto para los indígenas peruanos, bolivianos, colombianos y brasileños.

El época de vacas gordas estaba bien repartir fuera, dedicar dinero a proyectos churrierescos,  y volcarse en detalles con el 2º y 3er mundo, pero en este momento, no estaría de más barrer un poco para casa, y ocuparse de los desharrapados españoles que los hay a patadas en cada oficina del INEM, o en cualquier barrio periférico; basta esperar a que anochezca para verlos hurgar en los cubos de basura, y eso quiere decir que aquí las cosas no van bien.

Sin embargo, algo me dice que el personal que trabaja en Campsared resulta tan insignificante, apenas una cuarta parte de los 24.000 empleados de Repsol, con más de 80 nacionalidades, que para hacernos ver -en España, digo- tendríamos que hacer una carrera popular con uniforme (o sin el, al más puro estilo Spencer Tunick).  Así que, con suerte solo llevaremos alguna pedrea en el reparto de viajes fabulosos que ofrecen: "¡Viaje a alguna de nuestras instalaciones!" (sic). Espero que no sea a mi antigua estación de servicio, ni a la estación que tengo en frente, que ya la tengo más que vista.

Siempre que se realizan concursos como estos, o entrevistas de Sumando Valores, salen elegidos gente muy recta, con valores magníficos, gente a la que habría que condecorar de inmediato o levantar un monumento en su barrio. Me los imagino como voluntarios olímpicos, o pasando la cestilla en la iglesia, donando sangre cada miércoles por la tarde y presidiendo la APA con vocación de padre de los que tienen un Oscar en el salón de casa, de esos que ponen: "Al mejor padre y al mejor marido".

Cómo compararme con ellos, dicen cosas como que. "somos un gran equipo que estudiamos las necesidades de los clientes" o que "buscamos proyectar la imagen de dinamismo que representa la empresa", "En colaboración con nuestro jefe de zona preparamos estrategias de venta; Repsol proporciona los medios y nosotros desarrollamos el trabajo con eficiencia". (Leer ejemplo real)

En fin, siempre que leo a una de estas almas virtuosas se me suben los colores y me dan ganas de darles un abrazo, de recoger firmas para que les entreguen algún premio o que les dejen dar el pregón de las fiestas de su pueblo. Me imagino al Papa, a Mahatma Gandhi y a la Madre Teresa hechos de la misma pasta que ellos. Me hacen sentir tan mal trabajador que me meto en el obrador y echo unas lágrimas de cocodrilo, para conservar la dignidad.

Ninguno de estos dice jamás que están muy mal las cosas, que somos poco personal para tantas exigencias, que llevan varios años sin cobrar los atrasos, o que su jefe de zona es un explotador sin entrañas. Todo son parabienes y buenas palabras. Hasta compañeros que tuve en el pasado, alguna vez los han captado y han hablado por esos medios, y ahora parecen duplicados salidos de una vaina, tienen la misma cara, el mismo pelo y ojos, la misma barriga prominente, pero sus palabras son de alabanza, como si les hubieran abducido y lavado el cerebro, y pienso ¡Qué éste no es mi Jose Mari, que me lo han cambiado!, que antes era un cabroncete con cara de pillo, un heavy de suburbio y ahora es un salesiano adulador que pide la paz en el mundo.


Después de observarle a ambos lados de la cabeza a ver si tiene hecha alguna incisión donde pudieran haberle introducido un chip o que le sobresalga algún cable detrás de las orejas, nada, me quedo pensando... y eso quiere decir que no soy un buen empleado, y mucho menos un encargado ejemplar, que todo el mundo sabe deben obedecer ciegamente sin plantearse prejuicios ni tener ideas propias, sin pensar nada, y mucho menos cuando les van a entrevistar, que entonces cantan en gregoriano y como mucho advierten: "Dios aprieta, pero no ahoga", dando por bueno que la empresa nos quiere como un padre exigente, para que seamos trabajadores de provecho.

En fin después de estas entrevistas es posible que nos abochornemos de aquella vez que tuvimos pensamientos malsanos respecto a aquella compañera, o que pensamos mal de ese colega, que han resultado ser apóstoles de la bondad y ejemplo para todos.
Yo por si acaso voy a ponerme a pergeñar ideas, aunque sean de bombero jubilado, para que al menos les den los diez euretes a los peruanos, para el proyecto ése de comprarles una cocina decente, con placa de inducción y un horno pirolítico.

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