Algo se mueve en el mercado del crudo, o mejor dicho, algo ha dejado de moverse, y el precio del petroleo se ha estancado, se ha dormido como cuando tomas un
Lexatín. Ha caído en una modorra que en nada favorece los intereses de los accionistas petrolíferos (Y no por ello ha repercutido en nuestras estaciones, que seguimos vendiendo carburantes más caros que la competencia).
En julio de 2008 el
barril Brent que es la unidad de medida europea para el petroleo, alcanzaba los 147 dólares, que es como si el barril de cerveza de los bares se pusiera a 200 € con lo que todos nos hubiéramos pasado inmediatamente al tinto con casera para refrescar nuestros aperitivos veraniegos, pero en el petroleo no hay alternativa y eso ha supuesto que tradicionalmente los precios fueran siempre altos.
Sin embargo, últimamente, sin que podamos echarle la culpa a los coches eléctricos, ni al auge de las bicicletas promovido por los nuevos partidos, el petroleo ha caído en un marasmo que a estas alturas, y si fueran productores de leche, ya estarían vertiendo sus litros en las plazas publicas protestando por el bajo precio que les pagan.
Aparte de la crisis, nuestra empresa, que siempre había presumido de meterla en caliente a la primera, lleva unos cuantos gatillazos en la obtención de crudo.
Tras el coito
interruptus con
YPF que se fue a por tabaco en 2012 y nos dejó los cajones vacíos, o llenos de facturas sin pagar, luego vino lo de
Canarias, donde Repsol pinchó en balde varias veces y se hubo de marchar, lánguida, con la perforadora mustia entre sus torres, al no encontrar el punto "G" donde extraer el producto que convertirían en torrentes de gas, gasóleo y gasolina. Más dinero perdido.
El pasado mes de mayo,
Repsol se lanzó como un gato sobre la petrolera canadiense
Talismán Energy, un diamante en bruto que nos convertía en uno de los grupos energéticos más importantes de este mundo mundial.
Para tal compra nos gestionaron un préstamo de 10.400 M€ que habíamos de reembolsar anualmente, pero, sin sugerir que tal vez,
intentamos comprar por encima de nuestras posibilidades, el caso es que con la mareada economía mundial dando traspies, el barril de petroleo se ha ido depreciando de forma que cualquiera podríamos comprar nuestro propio barril en
Amazon para tenerlo de adorno en la terraza
.
Ha ocurrido entonces que, llegado el momento del pago, resulta que los ingresos del grupo han sido muy inferiores a lo esperado, así que toca, o pedir dinero a los suegros, o vender parte de nuestras pertenencias. Ambas cosas malas.
A los que estudiamos EGB, nos explicaron algo sobre la crisis del petroleo ocurrida en los años setenta, aquello tuvo que ver con que la OPEP decidiera vender solo a los países amigos, y la escasez de crudo elevara los precios. Sin embargo hoy en día ocurre todo lo contrario, hoy que los amigos se hacen en los corrillos de la bolsa, esta bajada del petroleo se debe a un exceso de producto en el mercado, ya que la desaceleración del comercio asiático (China e India), ha supuesto un desfase entre lo que se extrae, y lo que finalmente se consigue vender.
Esta atonía de los precios -que no volverán al nivel rojo hasta que se produzca otra revuelta en un país árabe- está poniendo en un aprieto a las compañías menos preparadas. Parece que
Siria no tiene tantos pozos de petroleo como para alterar el mercado y obligarnos a participar en su conflicto en busca de armas de destrucción masiva que devuelvan la tranquilidad a los parqués. Lo malo es que, debido a este desplome, Repsol ha pasado de ser una empresa boyante, donde podríamos encontrar cada semana al
pequeño Nicolás haciéndose selfis con
Brufau, a una empresa de valores -bursátiles- dudosos; un sofá incómodo donde asentar el culo resulta fastidioso por que se le salen los muelles.
Los accionistas han visto descender sus acciones, y lo que es peor, van a expulsarnos del grupo de empresas guais de Europa, el
Euro Stoxx 50. A partir del 21 de septiembre ya no podremos entrar al club de golf, ni aparcar en su zona vip con ayuda del guardacoches, ahora somos empresa de segunda y cuando vayamos de visita nos mandarán seguir por uno de los empleados por si nos acercamos a la cubertería de plata, y no tendremos derecho a
buffet libre, y las copas tendremos que pagarlas en efectivo y en el acto. Mal rollo. Así lo comunicó el 1 de septiembre la firma responsable de elaborar este selectivo bursátil a nivel europeo con medio centenar de grandes compañías. El Euro Stoxx 50 en lo que va de año se ha revalorizado el 3,9%, mientras que las acciones de Repsol han perdido casi el 18% de su valor. Nos ha jodido mayo con no llover a tiempo. Para un momento que intentábamos despuntar, va el petroleo y se pone a pelo puta.
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Antonio Brufau buscando la última cotización de las acciones de Repsol (Campsared Blog) |
No hay que rasgarse las vestiduras, o eso han tratado de mostrar los directivos, que se han lanzado a
comprar acciones de forma personal, para que no cunda el pánico y Repsol no se vaya al garete. Además, nos las han ofrecido a todos, para que la fiesta o el batacazo sea común. Así lo indicaban en el
Chatter de empleados:
A principos de mes el presidente
Brufau compro 89.900 acciones en los saldos del Ibex, y
Josu Jon Imaz, su delegado consejero otras 40.000, y así pasaron el cestillo por todos los departamentos para que secretarios y directivos aportaran liquidez a la caja. Y una de dos, o quieren ser como la orquesta del Titanic y se aferran a sus instrumentos interpretando
"Cerca de ti, señor" para dar moral, o quieren aparentar que no ha pasado nada, y antes de que se note el estropicio, han barrido debajo de la alfombra varios de los cristales rotos, y aquí paz y después gloria.
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El presidente de Repsol, Antonio Brufau, y el consejero delegado, Josu Jon Imaz. (EFE) |
Lo que es claro, es que va a haber recortes.
Brufau y el consejero delegado,
Josu Jon Imaz han pedido a los directores generales una lista de partidas de las que se puedan cortar gastos, tanto operativas, como compras y de personal. La compañía va a elaborar un programa de ahorros denominado
Proyecto Go con el que pretende reducir costes estructurales desde este mismo año. Quieren recuperar 1.200 millones de euros a base de hacer caja. La mayoría de los pozos de Repsol no son rentables, especialmente los que tiene en Brasil, Venezuela, Trinidad y Tobago y Libia, que ofrecen menos garantías que
Rafa Benitez de portero. También han puesto en venta varias áreas (como su participación en CLH o el negocio de venta de
Butano) y han encargado a
Goldman Sachs y al
BBVA que vayan liquidando el mobiliario y el inmobiliario para conseguir
cash con el que seguir pagando las facturas. Además de la venta de activos, la compañía ya tiene en marcha un Plan Estratégico 2016-2020 con desinversiones de 1.000 millones y creciendo, cifras que deberían hacernos temblar, por que de todos los granos que tiene Repsol, nosotros,
Campsared, somos el más gordo y purulento. Somos el grupo porculero.
¿Con la excusa de recortar gastos, puede pensar Repsol en aligerar su Red de estaciones de Servicio? Somos su contingente, pero ¿somos tan necesarios? ¿nos echarán a algunos de su club? Ahí dejo las preguntas.