En plena guerra Ukrania-Rusia, han aprovechado para subir los productos de la tienda y ofrecer el carburante a un precio sin igual. Cada día los esforzados expendedores-vendedores-captadores y yo que sé cuantos oficios más, se afanan en explicar al cliente como introducir sus tarjetas, como aprovechar los descuentos, como ser más felices en la vida ahorrando como buenos administradores que son, y el cliente sale tan encantado, no se ha enterado de la misa la media, pero sale contento por que el expendedor de turno tras veinte minutos de enredar en su móvil le ha instalado la aplicación y aplicado las promociones. El negocio es redondo, por cuatro míseros euros por plantilla consiguen un cliente enganchado por el Waylet y la Travel, un contacto de luz y gas y unos datos personales muy valiosos para seguir ofreciéndole productos de por vida. ¡Bien por ellos! Pero al expendedor de turno, le ha supuesto un estrés añadido (en el caso de que esté sólo), o un tiempo de dedicación absoluto para una tarea poco recompensada y que no exime por supuesto de tener que ofrecer (hasta conseguir vender) los malditos tornaditos, el vino que tiene Asunción, las mini flautas, los bocatas y toda la retahila de productos que durante años han ido inventando para conseguir que seamos muy, muy productivos y eficientes.
ESTACIONES DE SERVICIO REPSOL "Hola compañeros, soy un expendedor como vosotros. Este blog esta creado con el ánimo de que dejéis vuestros comentarios, quejas, opiniones, etc.
COMPAÑEROS DE CAMPSARED
Este blog, como indica en la cabecera, originariamente fue creado por un compañero llamado EXPENDEDOR-VENDEDOR el 20 de noviembre de 2008 pero problemas técnicos le impidieron actualizarlo, lo que dio pie a la creación de esta segunda etapa renovada que es la que se abre a continuación.
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Recordar que si visitais esta página por primera vez, para conocer el contenido completo de este blog desde su nacimiento, deberíais comenzar por el antiguo blog pinchando en este enlace:
1 de abril de 2022
ABRIL 2022, Comentarios
En plena guerra Ukrania-Rusia, han aprovechado para subir los productos de la tienda y ofrecer el carburante a un precio sin igual. Cada día los esforzados expendedores-vendedores-captadores y yo que sé cuantos oficios más, se afanan en explicar al cliente como introducir sus tarjetas, como aprovechar los descuentos, como ser más felices en la vida ahorrando como buenos administradores que son, y el cliente sale tan encantado, no se ha enterado de la misa la media, pero sale contento por que el expendedor de turno tras veinte minutos de enredar en su móvil le ha instalado la aplicación y aplicado las promociones. El negocio es redondo, por cuatro míseros euros por plantilla consiguen un cliente enganchado por el Waylet y la Travel, un contacto de luz y gas y unos datos personales muy valiosos para seguir ofreciéndole productos de por vida. ¡Bien por ellos! Pero al expendedor de turno, le ha supuesto un estrés añadido (en el caso de que esté sólo), o un tiempo de dedicación absoluto para una tarea poco recompensada y que no exime por supuesto de tener que ofrecer (hasta conseguir vender) los malditos tornaditos, el vino que tiene Asunción, las mini flautas, los bocatas y toda la retahila de productos que durante años han ido inventando para conseguir que seamos muy, muy productivos y eficientes.
16 de enero de 2022
1 de octubre de 2021
OCTUBRE-DICIEMBRE 2021, Comentarios
1 de agosto de 2021
AGOSTO-SEPTIEMBRE 2021, Comentarios
En fin, seguimos que no es poco, pues según dicen los sindicatos, ahora te largan o si no te sancionan por cualquier pequeño desliz, están a la que cae pues sobran expendedores, al menos los antiguos, que son esos que cobran antigüedad y la mochila de 109 €, y además reivindican sus derechos.
Vamos a por otros dos meses, que a la vuelta de la esquina estamos de nuevo peleando (y sufriendo) por que las ventas no son las que quieren que sean, pero es que el covid sigue, y la crisis es grande, muchas familias van a pasarlo mal, y la recuperación va a ser lenta por muchas chuminadas que nos manden mediante pedidos dirigidos. A seguir en la brecha compañeros sufridores.