ESTACIONES DE SERVICIO REPSOL
"Hola compañeros, soy un expendedor como vosotros. Este blog esta creado con el ánimo de que dejéis vuestros comentarios, quejas, opiniones, etc.
COMPAÑEROS DE CAMPSARED
"Podeis decir lo que pensais de vuestros encargados, de los objetivos, de la venta activa, de los cursos, de Sumando valores, seguridad, promotores del cambio, sindicatos, y todo lo que querais. Hubo en tiempos un blog de un compañero en donde mucha gente dejó sus comentarios, hoy no existe y como alternativa nace CAMPSARED BLOG, para reunir a todos los que somos COMPAÑEROS DE CAMPSARED"
Este blog, como indica en la cabecera, originariamente fue creado por un compañero llamado EXPENDEDOR-VENDEDOR el 20 de noviembre de 2008 pero problemas técnicos le impidieron actualizarlo, lo que dio pie a la creación de esta segunda etapa renovada que es la que se abre a continuación.
Como aquel, mantiene la idea de tener una plataforma de comunicación, de reivindicación y sobre todo un medio de expresión para todos los trabajadores de CAMPSARED y de REPSOL, y a la que quedan invitados cualquiera de los trabajadores de EESS sean cuales sean sus marcas.
Bienvenidos todos a este foro de diálogo e información.
Recordar que si visitais esta página por primera vez, para conocer el contenido completo de este blog desde su nacimiento, deberíais comenzar por el antiguo blog pinchando en este enlace:
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Yo me llamo Pascuale, mi local era uno de los más visitados y de más éxito de cuantos controlaba "la Familia". Todo el mundo tomaba allí los combinados más de moda sin importar el precio.
Los nuevos tiempos abocaron a aquel local a una pérdida de clientes. Primero fue la ley seca en los locales del centro, y luego la brigada antidroga, así que, sin tabaco ni alcohol, el negocio comenzó a decaer. Todo el mundo lo comentaba: "ya nada es lo que era". Con Dillinger y Capone todo funcionaba mejor, hasta lapasma venía, se tomaban sus cafés, y no molestaban a nadie. Sin embargo para el jefe de La Familia, no había disculpas, el negocio debía aportar las mismas ganancias, el resto era palabrería.
Se dispusieron nuevos cóckteles novedosos: batido de legumbres, combinado de fresa, ciruelas y tomate, el famoso daikiri de patatas, el rico 'naranja spo', zumos de oliva, el inquietante sorbo de espárrago agitado, no batido, y las fajitas de guacamole con almendras, en fin, entre los barmans y yo mismo intentamos reflotar el negocio pero el Don seguía sin estar contento:
-No estoy contento Pascuale- me decía moviendo la cabeza -No estoy nada contento contigo ni con los tuyos. Y eso no es bueno- Y añadía, -No es bueno para mi, no es bueno para tí ¿Lo entiendes?-
Al pie de su mesa yo iba asintiendo con gesto compungido. Aún recordaba cuando me presentaron hace unos años a Don Vito y al resto de La Familia. El patriarca me dio dos besos y me dijo al oído: "Ya eres uno de los nuestros".
Sin embargo ahora, sentía que aquello llegaba a su fin. -Hacemos todo lo posible, pero las cosas están mal-
-Lo se muy bien, pero ahora tendréis que hacer lo imposible, hay que llegar al presupuesto, y como soy comprensivo, voy a darte una oportunidad, la última, tienes que entregarme una ganancia de 4.500 este mes-
-Es imposible Don, no llegamos ni a la mitad-
-Cuando yo hablo los demás callan- sentenció llevándose un dedo a los labios -No estás aquí para pensar ni para hablar, sino para obedecer. Cuatro mil quinientos, ya sabes-
Los chicos y yo hicimos lo 'imposible'. Vendíamos hasta por fuera del local, -"zarzaparrilla cola, café, un bollito, llévese un chicle por favor..."
Y sí, vendimos más, pero no suficiente... El primer mes apareció muerto el barman de refuerzo. Al siguiente le metieron una cabeza de caballo en su nómina y decidió marcharse. El último, se suicidó angustiado. En cuanto a mi, pues bueno, lo mío ya es historia, desde luego que perdí mi local, fue lo primero, y hoy descanso en la cuneta de una autovía remota con unos zapatos de cemento.
Aún escupe sobre mis restos el patriarca de la familia cuando va por allí.
(Los nombres de esta historia son ficticios)
14/04/10
Dedicado a SAM, a Exprimid@, y a todos los que han sufrido y sufrirán injusticias y presiones en su trabajo.
Tengo una apatía que me lleva 'doblao'. No se si será astenia primaveral tardía o carencia de vitaminas. Tengo sueño. El sol se contonea en la calle como un dios griego, haciendo posturitas de culturista para que le miren y se sonrían los grupos de muchachas que han salido del instituto, o las amigas que vienen a tomarse un café. Le observo y pienso: ¡Que cabrón!, sólo haría falta que llovieran billetes fuera del perímetro de la gasolinera, para que me sintiera más envidioso y atrapado.
Me arden los pies y la cabeza, ni la jalea real me sube el ánimo, siempre que llega este calor pierdo la fuerza como una coca-cola semiabierta. Las tardes son eternas, como los días de régimen a base de pescado y acelgas.
El intervalo de la siesta me muele los arrestos, me convierte en un felpudo de los de andar tirados por el suelo sin dueño. Ni la radio, ni el sueldo que está ya próximo a ingresar, ni un generoso escote regalando la vista me despiertan lo suficiente como para diferenciarme de un arbusto marchito. Las tardes calurosas de verano, me extenúan como si respirase gas butano detrás del mostrador. Solo el chasquido de una lata al abrirse con su estallido de burbujas heladas suena como un pequeño timbre que me espabila unos segundos.
Es como un espejismo que te produce sed y una visión paradisíaca de palmeras y un estanque dorado, donde nuestra Brooke Shields particular nos da la vida desde sus mismos labios con un trasvase delicioso de líquido y frescor.
Pero el efecto se esfuma de inmediato. Vuelta a la realidad. El escenario son coches que se cruzan, gente que no duerme la siesta, unos cansinos como la chica de los surtidores "Ha elegido usted...", que solo quieren agua o un refresco, ni comida, ni lotería, ni rascas, quieren llegar a casa, quieren meterse en su espejismo de familia, o de huríes semidesnudas; qué se yo. Miro nuevamente el reloj, que se derrite como si fueran las esferas de Dalí ¡Qué larga es esta tarde de viaje a ningún lado! Aquí no pasa nada. Bailotean en la pista las deslumbrantes y estiradas piernas del sol, representando el lago de los cisnes, pero sin agua, sin música y con este calor de horno entreabierto que ha convertido a cada cisne en pollo frito. Es tan tediosa la representación como cuando estudiábamos en casa para aprobar los cates de septiembre sabiendo que nos quedaba todo el verano por delante. Me está aplastando la rutina. Necesito librar, coger las vacaciones, pero estas largas tardes anodinas de verano se estiran y se prolongan como las afligidas ramas de los sauces, como las series de TVE-1, como un partido a cinco sets. Busco alivio en el tiempo, pero el futuro se muestra al otro lado del planeta, allá en el horizonte, sobre su mecedora bebiendo te al limón, tranquilamente, sabiendo que yo llegaré tarde por que en este hemisferio las cosas van despacio ¡Que bonita es la tienda de palacio! pero a mi ya me aburre por que la tengo más que vista.
El motor de la sandwichera por su parte, aporta ese bochorno ecuatorial que nos traslada a las recónditas selvas del Congo o a Indonesia, con su temperatura pegajosa y deprimente. Lanza calor para llenar cien globos aerostáticos de Travel Club. Nos roba el aire, como si 'repartiera' oxígeno con un aspirador, sólo nos deja el fastidioso aliento incendiario de la máquina. Si derramásemos un cubo de agua por el suelo, acabaríamos cocidos al vapor, como unos mejillones.
Solo en el vault la vida cobra algún sentido. Durante unos minutos te sientes como un pingüino en Disneylandia, pero después, vuelta al ataque, recorres el pasillo como un soldado vietnamita, avanzando entre impedimentos y calor, te vas a la trinchera y a matar pollos al ast, por que a esas horas hay algunos clientes con el desodorante caducado, cubiertos de una pátina de sudor mareante, que hacen tambalear las pocas fuerzas que nos quedan, como si defendieran sus posiciones anticompra lanzando gas mostaza. -"¿Quiere usted...? Bueno mejor no, buenas tardes" -
Pero ese aturdimiento momentaneo, no te arregla la mente ni el estómago, sigue zapateando el sol con tanto aplomo que hasta las bellas gatas que llegan a esas horas, te miran sudorosas como si acabaran de bajarse del tejado de cinc hace un minuto. La tarde es larga y calurosa. Voy a firmar en los servicios, voy a mirar caducidades, voy a rellenar algún checklist, como si fueran un sudoku, para matar el tiempo.
Larga tarde. Un rato mato moscas con el rabo... el del plumero que es un rabo flexible y desplumado, que se agita ligero como una caña de bambú de las de dar castigos sadomaso, y luego uso el spray, el caso es hacer tiempo para no sucumbir a la molicie.
La gente está sedienta y derrengada, el suelo radiante de la pista funciona a las mil maravillas. Los helados se venden como churros helados, como si fueran aspirinas que calman el calor y la sed. Hablas con la misma cadencia del surtidor, ¡Vaya apatía!,
- ¿Quieres unos...? -
- No quiero nada -
- Si te los iba a regalar no me has dejado hablar ¡Bah! -
Nada de nada, todos quieren llegar a casa para arrancarse la ropa de un tirón, ponerse en cueros y darse un remojón, después poner el A/A en modo de 'tormenta glacial' y soplarse unas bebidas bien frías. Los solteros/as hacen un club nudista en la república independiente de su casa.
Compañera conectando con el Blog de Campsared
Pero aquí trabajamos sobre la linea del Trópico de Cancer, sólo faltan los beduinos. De vez en cuando llega alguno que echa 10 € en su viejo Mercedes.
A estas horas, y con el sol reinando justiciero, hasta los africanos caminan por la sombra y duermen siesta con el turbante metido en la nevera. No hay nadie por la calle. La pista se ha quedado vacía unos instantes. Con el brillo del sol, se asemeja a un desierto arábigo con su gran jaima franquiciada en medio del oasis Foster, este zoco abierto donde vendemos, melones, patatas, frutos secos y un agua fresca que no consigue estarlo tanto por que gran parte de las frigorías están de vacaciones, y las que quedan no dan a basto. Salgo a la puerta a ver si llega algún camello. "As-salaam-alaykum" Ahí llega uno.. pero no es un camello, es una moto. Vuelvo a dentro.
Si tengo un rato voy a romper un huevo sobre algún surtidor a ver si acaba frito. Pero será mañana, porque hoy no soy capaz ni de encontrarme los míos propios. ¡Que calor!
Se te fríen los huevos en verano (Campsared Blog)
En cuanto tengo otro minuto vuelta al vault, que es un refugio acristalado para focas y osos polares de tercera clase, un regalo no obstante para los regordetes como yo, también para calmar sofocos menopáusicos, y como alivio para apagar la mala hostia.
Voy a salir de allí, y cojo aire por los poros acalorados y por la boca, tanto como para adentrarme en un espacio con atmósfera cero, pero poco me dura aquello. Al regreso del vault, ocupas nuevamente el nido de ametralladora y a disparar ofertas y obuses con origen. Cuando a veces aciertas, es como si te metieran un dedo por el culo, reaccionas un instante, y luego vuelves al hastío, al modo catatónico de mediados de junio, al espectáculo tedioso de las tardes de verano, lentas y soporíferas, calurosas e inacabables, y a seguir, dale que dale al organillo, a la venta activa vamos.
La tarde va cayendo como los siglos, lentamente, restándonos frescura y juventud. Con los últimos rayos, llega el tiempo de libertad, el fin de la condena diaria, por que trabajar en verano y por la tarde, es un 'privilegio' de las castas más desfavorecidas, el detalle que omitió Dios cuando expulsó a Eva y Adán del paraiso: "No sólo tendreis que trabajar para ganar el pán, tendreis que hacerlo en turnos y hasta en las tardes de verano" ¡¡Haberlo dijo joder, y se había comido la manzana su p... madre!!
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El respetable oficio de la prostitución conlleva más sinsabores que placeres, la asunción voluntaria de un trabajo jodido como ése, no es una fácil elección, ni trae satisfacciones mas allá de las momentáneas al recibir el pago a su trabajo, que más que otros y como otros, requiere desconectar el corazón y detener los sentimientos para que las nauseas, la rabia y la desesperanza no te aplasten contra la realidad de cada día.
Pues bien, lo de poner la cama siempre se ha considerado un plus de calidad remunerable, un extra, por que entre las herramientas y accesorios que precisan en su labor, el de la cama es el que determina si aquello tiene cierta calidad o es un aquí te pillo aquí te mato de consecuencias peligrosas.
Nuestra empresa, que ya nos 'prostituye' merced a una vaga definición de las tareas de expendedor y de encargado en el convenio: "todas aquellas tareas encaminadas a una adecuada explotación del punto de venta", saca de su chistera de prestidigitador con ínfulas de mandatario bananero, una medida tras otra para acortar, reconducir y dominar la voluntad, los pensamientos y hasta el habla. Sabemos que en horas de trabajo, las palabras son competencia de la empresa, y éstas han de ser cánticos a la mercadotecnia, no se debe gastar saliva en vano.
De unos 'espantapájaros' con la nariz en forma de mazorca, hemos pasado a ser autómatas con vocación de robocops y múltiples aplicaciones. Nos han ido acoplando cometidos (no siempre bien remunerados), directivas, protocolos de actuación y de trabajo, y ahora nos pedirán, arropados por el gobierno -y esos pactos y reformas indignas-, que 'pongamos la cama'. Europa enciende el fuego con su Pacto del Euro, y el gobierno pone la música para que entremos en el baile. Los sindicatos 'nos defienden', si, echan pulsos de fuerza que terminan en amigables y compartidas jarras de cerveza, y otra vez a apretar, más cerveza y más apretones, al final se despiertan en el catre con otro sin saber cómo ni que ha pasado, ni quien pagó la cama ¿Los trabajadores?.
La verborrea de nuestros sindicatos tiene más de sainete para "Enemigos íntimos" de Tele 5, que de auténtica indignación por el recorte de derechos y la perdida de seguridad en el empleo (Voy a tener que unirme al grupo de protesta que vapulea a los sindicatos con estacas y piedras al grito de "vendidos").
Nuestros representantes sindicales negocian entre espejos, como en aquella película de O.Wells, de tal manera que se reflejan y se mezclan, y uno no sabe lo que vota y quien sale ganando. Entre tanto vamos perdiendo los de siempre, nos desahucian del territorio conseguido tras años de campaña (Decía hace poco el ínclito gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, en un ataque de indecencia, que 'los trabajadores obtuvieron excesivas ventajas en las etapas socialistas de los años 80'), retrocedemos como si nos robaran suelo bajo los pies, tanto que caminamos al borde del abismo como trabajadores y como ciudadanos. Nos hemos convertido más que nunca en marionetas, en muñecos de pim pam pum que alguien derriba alegremente para ganarse el oso de peluche. Nunca fuimos tan 'putas' , y ahora tendremos que poner la cama.
En poco tiempo, si consigues comprar una vivienda (¡Atención milagro!), por que tu inmobiliaria, tu banco y el patrón de los casos imposibles San Judas se han unido, consigues tu hipoteca pero no puedes desgravar por ella (La compraventa de viviendas se ha desplomado en mayo, pues claro, ¿Esa medida favorecía a alguien? ¿...?), desaparece el plan prever (Y las ventas de coches se despeñan) y ahora sacan un plan de ayuda urgente para salvar la situación (¿Os acordais del baile de la Yenka?).
Los impuestos no bajan, ni el euribor, ni las multas, ni los parados, pero desaparecen las ayudas, nos deniegan los préstamos, los sueldos siguen tiesos, y las ofertas de trabajo son escasas como los cuatro pelos de la calva de un fraile, si uno es casposo, el otro es triste y lacio. No tenemos expectativas de futuro. La jubilación se prolonga como el suplicio de un moribundo, pero eso si, cobrando menos porque nuestra pensión, si es que logramos alcanzarla, se calculará sobre los últimos 25 años, o tal vez más, desde que conseguimos ese primer trabajo de canguro por horas, o de buzoneador itinerante. El caso es arañar, escurrir nuestras cifras para que sean famélicas, inconcebibles, y que nos tengan siempre con el agua al cuello.
Las empresas (y empresarios) mientras tanto, se han revolucionado, como la población de un hormiguero con un trozo de carne. Se han lanzado al ataque para comernos los derechos y las opciones de protesta, y se mueven deprisa conocedores de cada recoveco y galería de sus cuevas, y nos devoran sin recato, verbigracia "teneis que devolvernos los descuadres", "Teneis que trabajar hasta las doce", "No cobrareis las horas sin los justificantes" "Hay que vender rascas y roscos, y hacer el pino-puente a la hora tal...".
La empresa es nuestro chulo, nos conduce, nos manda, nos amenaza y nos maneja como un curtido proxeneta, regateándonos la ganancia y obligándonos a relaciones sin control y sin límite. Ponemos los condones y la cama, soportamos los entripados, la vergüenza y la rabia; somos más 'putas' cada día.
Ahora el gobierno dicta su ley sobre los enfurruñados sindicatos, que no furiosos ni indignados, un enfado ligero, como si se tratara de una partida al mus con amarracos con forma de personas, y se nos pide que entendamos, que aflojemos las pretensiones, que aguantemos el temporal que los trabajadores no hemos provocado. Nuestros políticos jugaron y perdieron, nuestras empresas y los bancos consintieron con risas mientras atiborraban las carteras y ahora nos piden que entendamos, que comprendamos a nuestros empresarios, que apretemos el culo y que vendamos lo invendible, nuestro cuerpo y el alma si es preciso para salvar la situación.
Y nos lo piden los políticos, "unos economistas 'tan buenos' que no supieron predecir los fallos del sistema financiero ni alertar de los peligros de nuestro modelo productivo, que no han explicado por qué las ayudas al sistema financiero no se han transmitido al sector real, y que simplemente llevan años limitándose a tratar de inculcarnos que todos nuestros problemas se reducen a dos cuestiones clave: las regulaciones del mercado laboral y el excesivamente generoso sistema de protección social. Sin embargo, eluden explicarnos cómo este sistema regulatorio -que, según sugerencia de Fernández Ordóñez, “crea pánico a contratar”- pudo en el pasado reciente generar el mayor crecimiento de empleo de nuestra historia, al tiempo que permitía que el peso de las rentas del trabajo se mantuviera constante a lo largo del tiempo a pesar de que el crecimiento provocó un notable aumento del porcentaje de asalariados en la población ocupada".
No somos los culpables está claro, pero la reforma que regula lanegociación colectiva y que aprobaron hace unos días, nos exige ahora poner la cama. Cualquier falta de acuerdo en temas de convenio será resuelta por un arbitro nombrado por... ¿? y de ideología...¿?, dos cuestiones tan importantes que da pavor pensar a quien le tocan y por qué.
Cuantas más veces leo las condiciones más pena y miedo siento por la suerte de los trabajadores en España. Los últimos acuerdos sobre negociación, relegan los derechos y hacen retroceder las condiciones laborales a los años setenta. Con la palabra "flexibilidad", se nos condena a múltiples penurias, se fortalece al empresario, que si ya antes manejaba las cosas con el conocido: "Esto son lentejas...", ahora tendrá herramientas de extorsión fabulosas para amedrentar a los obreros.
En definitiva, retrocedemos los curritos. De un modo u otro pagamos la factura de la clase política, de los empresarios codiciosos y de nuestros pasmados sindicatos. Europa exige austeridad y todas las miradas nos señalan como los escogidos para pagar el pato.
Por la torpeza de unos cuantos, vamos a vivir compungidos y con el culo al aire, y por supuesto, por que lo ha dicho un Real Decreto, poniéndoles la cama para que nos follen a gusto cuando quieran. Y por poco dinero.