COMPAÑEROS DE CAMPSARED



"Podeis decir lo que pensais de vuestros encargados, de los objetivos, de la venta activa, de los cursos, de Sumando valores, seguridad, promotores del cambio, sindicatos, y todo lo que querais. Hubo en tiempos un blog de un compañero en donde mucha gente dejó sus comentarios, hoy no existe y como alternativa nace CAMPSARED BLOG, para reunir a todos los que somos COMPAÑEROS DE CAMPSARED"

Este blog, como indica en la cabecera, originariamente fue creado por un compañero llamado EXPENDEDOR-VENDEDOR el 20 de noviembre de 2008 pero problemas técnicos le impidieron actualizarlo, lo que dio pie a la creación de esta segunda etapa renovada que es la que se abre a continuación.
Como aquel, mantiene la idea de tener una plataforma de comunicación, de reivindicación y sobre todo un medio de expresión para todos los trabajadores de CAMPSARED y de REPSOL, y a la que quedan invitados cualquiera de los trabajadores de EESS sean cuales sean sus marcas.

Bienvenidos todos a este foro de diálogo e información.

Recordar que si visitais esta página por primera vez, para conocer el contenido completo de este blog desde su nacimiento, deberíais comenzar por el antiguo blog pinchando en este enlace:

'www.campsaredsprint.blogspot.com'





16 de julio de 2011

¿SABIAS QUE...? (Pensamientos de tiempo muerto)

En 1879, Thomas Alba Edison probaba suerte metiéndole corriente continua a un par de filamentos de bambú carbonizado hasta lograr la incandescencia. Acababa de inventar la bombilla. Probó su invento por primera vez en un distrito de Cleveland (Ohio) sustituyendo las tediosas y entretenidas farolas de gas que un individuo tenía que ir prendiendo y apagando cada día desde un extremo al otro de los barrios, dando vida al anochecer neblinoso y muy oscuro de aquel lejano 1879.

Edison era un tipo eficiente, si hubiera vendido SPOs, hubiese obtenido unos buenos incentivos, no cejaba jamás, era cansino y pertinaz, y siempre andaba buscando inventar algo y colocarlo en el mercado.
Y aunque sólo nos acordamos de las bombillas, igual que a algunos nos recuerdan tan sólo por las pifias, fruto de sus experimentos vieron la luz varios inventos importantes como el fonógrafo, tatarabuelo de las grabadoras, las perforaciones del celuloide fílmico, la primera impresora de la bolsa, el micrófono de carbón, el contador eléctrico, y hasta mil inventos más.
Pues bien, después de mucho tiempo, nuestra empresa tomó la determinación de organizar un TOP DE AHORRO ENERGÉTICO que bautizó con el apodo de "Plan Edison", un ambicioso programa para apretarse el cinturón en cualquier tema relacionado con lo eléctrico.

El resultado fue, una serie de medidas que periódicamente nos han ido pasando como si fueran bandos de un alcalde o aún mejor, como una gran enciclopedia de lo eléctrico enviada por fascículos:  "SABÍAS QUE..." - Nos dicen en el encabezamiento, alertándonos de la gran noticia - "¿Sabías pedazo de zoquete que ajustando correctamente la temperatura de... se ahorra un 24 %?"  Y nosotros, expendedores que sabemos de todo, ateniéndonos a las mil preguntas que nos realizan los clientes, o que no sabemos de nada según otros, que para eso somos expendedores, releemos las notas buscando humanidad o una lógica laboral que no aparece por ninguna esquina, con lo que pronto se nos ocurren respuestas o preguntas contundentes: ¿Sabíais que sometiendo al personal a temperaturas inadecuadas de frío o de calor se obtienen mayores índices de hastío, agotamiento y una evidente pérdida de concentración en el trabajo?


De acuerdo,  ahorremos, la mayoría de los consejos son útiles y razonables, derrochábamos más de la cuenta desde luego, y además, siempre nos ha gustado encender luces para alegrar las estaciones como si fueran el portal de la feria sevillana.  Apagar luces, aparatos, controlar las temperaturas y rebajar el gasto general, todo correcto, conduce a un eficiente uso de las instalaciones y del gasto eléctrico.

Reconozco que muchas veces llegué a estaciones que estaban con la puerta abierta y el A/A puesto, como si el aire fresco entrara de la calle, o que quisiéramos atemperar la chicharrera del verano  dejando que nuestras frigorías paseen cual Pedro por su casa por la pista o la calefacción se controlara con corrientes de aire que van y vienen para calefactar la calle y hacerla soportable los días de crudo invierno.

Es cierto, esa locura nunca la harías en casa, la prudencia se intensifica cuando el peligro toca nuestro bolsillo, y en las gasolineras, pagan los presupuestos, que es como decir: "Esta ronda la paga mi cuñao", todo queda en familia,  pero sin sufrir pérdidas directas la cartera de uno.
Esta forma costosa de actuar viene de antiguo, unas épocas de derroche energético, donde gustaba encender luces sin mesura, a tutiplén, luces en caja, luces en el voult, en las neveras, focos, halógenos, el festival de la bombilla de Tokio, si no había luz y claridad no había alegría.  En las tardes de invierno, llegando a trabajar, aquello parecía una escena de Blade Runner, donde la lluvia se mezclaba con los halógenos y el humo, convirtiendo las estaciones en casinos de carretera.  Cualquier bombilla no encendida, era una afrenta al brillo y a la categoría del establecimiento, sin luces no había vida, ni poder, enseguida llegaba el jefe y anotaba: "Foco fundido en tienda, reparar urgente", y antes de 48 horas estaba nuevamente brillando como una estrella más del firmamento que ocupaba nuestras cabezas.  Pero hoy en día es distinto, toca apretarse el cinturón, las restricciones llegan a todos, y de aquel tímido "Apaga las luces al salir" que nadie hacía caso, hemos pasado a un drástico sistema de apagado de luces, cámaras, aparetejos varios, y uso de luces led.  Algunas estaciones por la noche invitan al encuentro amoroso de parejas en un rincón recogidito, al amparo protector de unas mortecinas farolas que dan la justa luminosidad para echar un pis sin mojarte (demasiado) los pantalones.

Todo este largo y farragoso preámbulo (¡¡Preámbulo!!, ¡Joder como te enrollas!) puede resumirse en que la idea es correcta, pero un pelín exagerada, ya que hay dos cosas que se llevan al límite de la insensatez: La majadería de los checklist de ahorro energético que todo cristo rellena en 'automático', y el demoníaco  "maquinillo" que lo controla todo (otro pasito más para llegar al mando unificado y perfecto de Orwell).

El maquinillo tiene un nombre que nos recuerda a una de las Spice girls, pero no es ella (Geri Halliwell), este se llama ELIWELL y ha tomado el control de algunas estaciones ocupándose de encender, de apagar luces, y sobre todo de controlar el aire que los trabajadores y clientes van a respirar.

No tendría pegas si aquello hubiese sido puesto en épocas de apacible abundancia, por que se hubiesen negociado grados celsius de propina, pero hoy en día, que todo se raciona con check list, supone un deterioro de nuestras condiciones de trabajo.
Una indirecta plastificada, convenientemente pegada a nuestra vista dice que:  "La temperatura del aire en recintos calefactados no será superior a 21 º C cuando para ello se requiera consumo de energía convencional para la generación de calor por parte del sistema de calefacción. y que la temperatura del aire en los recintos refrigerados no será inferior a 26 ºC, cuando para ello se requiera consumo de energía convencional para la generación de frio por parte del sistema de refrigeración", lo que llevado a rajatabla reduce nuestras posibilidades de supervivencia en un 20 %. ¡Madre mía!, se puede decir más alto, pero más enrevesado imposible.
Croquis explicativo de las temperaturas
Sobre la temperatura del aire, lo primero que hay que resaltar es que existe un nivel idóneo “científicamente comprobado” como tal. Normalmente, el personal de la mayoría de los establecimientos se siente a gusto cuando la temperatura oscila alrededor de los 22º C, y por tanto, la mayoría de los sistemas de aire acondicionado integrales están preparados para mantener temperaturas entre los 18º C y los 26º C., eso no debería modificarse, y es más, debería ser un parámetro flexible ya que ni todas las personas, ni todos los días, y si me apuras, ni todas las horas se mantienen las mismas condiciones de trabajo, existen puntas -y en las gasolineras es algo evidente-, que suponen un esfuerzo mayor, y por lo tanto que requieren mayor aporte de confort ambiental.
Es conocido que unos operarios felices y contentos con su empleo son más productivos, ahí suelen pifiarla en nuestra empresa, pero existen otros factores, como el lugar de trabajo, factor clave en la productividad del trabajador.  Una temperatura no adecuada causa incomodidad a los empleados, afectando a su bienestar, a la ejecución de las tareas y al rendimiento laboral (Me parece que ya lo he dicho antes). Entonces... ¡Como demonios vamos a trabajar a gusto bajo esos parámetros!, son tan inverosímiles que hacen dudar ¿No será al revés?, ¿Que con el trabalenguas de la confusa circular el tío que lo escribió se hizo la picha un lío?.  Pues no, y parece de risa, con 26 º en verano se le cuecen las ideas a cualquiera, y luego ofrece SPOs, bufando como un toro, colorao, sudando como si te pillaras los huevos con la caja una y otra vez, aguantando sin rechistar.
El tío que escribió éso (Campsared Blog)
¡Y que me decís de la temperatura del invierno! ¡21 º como máximo! Con éso, más de una que conozco no podría ni hablar entre el repiqueteo de los dientes, los dedos congelados y la piel erizada por el frío desde la coronilla al dedo gordo de los pies. ¡Pero bueno...!  ¿El que escribió ésto, no tendrá daños cerebrales por trabajar a temperaturas inadecuadas?

Esto del CONTROL va tomando unos derroteros preocupantes, -deberíamos haberlo intuido cuando retiraron los rollos de papel de la puerta-, es tal el afán controlador, que con el tiempo limitarán el uso del servicio a los empleados y hasta tendremos que fregar los suelos con  agua de la lluvia. El control de las luces es prudencial, el de los consumibles, razonable, el de los incentivos arriesgado, pero el de la temperatura... ¡Nos estais quitando lo mejor del trabajo!
- ¿A que te dedicas? -
- A limpiar y a vender como un hijo puta, pero por lo menos tengo aire acondicionado - Añadías con ilusión.

PLAY


¿Y ahora que? ¿A pasarlas canutas ya sea en invierno o en verano? No somos nadie, y con cartilla de racionamiento mucho menos.  A mi que me lo quiten de la nómina, pero necesito respirar, no quiero echar a hervir oliendo a chamusquina, por que con el calor los pensamientos sufren evanescencia, y las palabras se desinflan y salen de la boca como las babas, sin posibilidad de convencer ni de gustar a nadie.

Y a propósito, ya que ha salido el tema ¿Sabeis que en la zona de caja, debido al horno, luces, sandwichera y otros aparatos, la temperatura llega a alcanzar seis grados más que en el resto de la tienda?  Pues vamos tomando nota, que hasta el rabo todo es toro, y aunque por los pasillos corra la brisa envidiable de Hawaii, en la zona de caja se levanta un Bombay de torridez insoportable, donde las castas más desfavorecidas nos movemos entre la brasa que nos dan y que damos, buscando un Ganges que nos refresque en el cogote para hacernos pensar que "Es una mierda trabajar, pero al menos tenemos aire acondicionado"





1 comentario:

  1. YO ME PASO EL TURNO BAJANDO LA TEMPERATURA ES INSOPORTABLE TANTO AHORRAR Y LUEGO EN MI ESTACIÓN LLEVA YA 2 SEMANAS UN ASEO LA LUZ COMUNICADA Y NO SE PARA NI DE NOCHE NI DE DÍA

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