Fiesta de encargados |
Estas fiestas acercan a los hombres y a los dioses, gente como A.Calçada, o M.Apoita se mezclan con la plebe, eso si, plebe selecta: encargados, impulsores de venta, técnicos de pelaje variado, Jefes de Zona y expendedores avanzados, ¡Y hasta gente del sindicato!, todos por unas horas, mezclados en un fogoso restregón, compartiendo la palabra y el baile, dando besos a discreción, y a veces, hasta sin ella, por que total, la vida son dos días, y nuestro jefe puede ser el colega que siempre hemos querido a nuestro lado.
Y aquí paz, y después gloria, que con el el whisky todos somos amigos, incluso más amigos de lo que habíamos previsto.
Sobre este tema, corro un tupido velo, y que el amor florezca entre los escalones de la empresa, que ahora llega la primavera y hay que ser feliz.
No hay que eludir - y eso crea intimidad no cabe duda-, que algunos encargados fueron e irán con los pantalones bajados, por que la vida exige muchas veces mirar para otro lado, y hacer de tripas corazón. No somos tontos, y en las revoluciones, hay que poner primero el corazón, y la hipoteca se paga con razones que el corazón no entiende.
A todo esto, los encargados llevan estos asuntos de reunirse como cuestión de alto secreto, como si fuera un acto delictivo o una orgía con sus jefes que no conviene airear mucho. Van y vienen con discrección monástica, llevan a expendedores favoritos, y les ocultan en el fondo de la maleta, todo en silencio y en voz baja, como si fuera una concentración del Ku-Klus-Klan.
Por lo demás, repetición de las consignas dadas a los expen... al personal que está en el frente, los vendedores, de que los unos y los otros forman el tallo y los distintos brotes que dan forma a la flor de Campsared (Se va notando que la primavera está en ciernes).
Y como toda buena celebración, llega el momento de la traca final, y esta tuvo lugar dentro del apartado de ruegos y preguntas. Allí se suele producir, y se produjo de hecho, una explosión de gente satisfecha. Se reprodujo el buen ambiente demostrado al hablar de clima laboral. Como el apóstol Pedro, negamos por tres veces tener conocimiento de coacciones, de quejas o de dudas. Todo perfecto, todo el mundo conforme, ningún mal gesto, ni una objeción contra la venta activa, contra las múltiples tareas, o sobre el precio de los artículos de tienda, nada, ni a las sanciones, ni a las 'cartas', ni a la tensión de no vender, todo fue rosa y celestial, trabajadores encantados de la vida, reflejando su bienestar en las encuestas de Clima Laboral, todo muy Facebook: Buen sueldo, buen trabajo, buena vida, jefes magníficos y un futuro prometedor, ya digo, una novela rosa. Si hubiesen requerido medio sueldo para cubrir las pérdidas del año 2010 hubiésemos accedido sin dudarlo.
Estábamos de un generoso apabullante, ¿Tendrían bromuro los cafés?, ¿O las pastas llevaban marihuana?, ¿Que buen ambiente y que buen rollo!. La vida puede ser maravillosa como decía Andrés Montes. Supongo que ese era el objetivo.
La conclusión es 'numantina', hay que luchar, tirar hacia delante, vender cara la piel ante la crisis. Somos guerreros, somos valientes espartanos ¡Ahú!, somos los legionarios de la Red, con una máxima que tatuar en la piel de nuestros brazos de expendedores-vendedores ¡Uy, perdón!, ya he metido la pata, y como otro compañero, he pronunciado la palabra prohibida, ya sólo somos vendedores, los 'cobradores' son figuras del pasado, maricones que no sirven pa' na. Los vendedores son las nuevas estrellas del show business laboral, los dueños del futuro, con una máxima grabada en su cerebro, "Hay que vender", la empresa y España nos necesitan, 'Contamos contigo, confiamos en ti' es el nuevo lema para todo. Campsared es un mundo feliz, lleno de trabajadores hambrientos que buscan ocupar su lugar en el firmamento global.
¿Quién vive en Matrix, ellos o nosotros?
Dos mundos: Matrix en Campsared (Campsared Blog) |